sábado, 7 de marzo de 2009

WATCHMEN

1985. Pero no 1985 de nuestra línea temporal. En algún momento, durante la Edad de Oro, algunas personas decidieron contraatacar a los ladrones enmascarados, convirtiéndose en justicieros enmascarados. Ese mero hecho, la existencia de personas disfrazadas que combaten el crimen, cambia la perspectiva socio-política mundial.
La aparición del primer super-hombre, doctor Manhattan, acaba por desequilibrar la balanza. La escalada armamentística de la Guerra Fría está en su momento más crítico, los países se precipitan de forma inevitable a la Tercera Guerra Mundial y un Comediante ha muerto.
Yo empecé a ver esta película hace años, cuando abrí por primera vez el primer tomo de Watchmen. “Perro muerto en la acera, huellas de neumático en su tripa”. Me atrapó. Tenía los doce tomos encima de mi mesa, así que conforme se me acababa uno, me lanzaba al siguiente. Cuando llegué al último tomo, con escalofríos por todo el cuerpo, entendí por qué todo el mundo del cómic hablaba tanto y tan bien de la obra de Moore.
La terminé de ver anoche, claro está, en una sala de cine. Zack Snyder no es santo de la devoción de casi nadie del mundillo. Sus cámaras lentas y sus efectos especiales hipertróficos para “300” desagradaron a muchos aficionados. A mí me encantaron, así que no tenía queja alguna.
Durante el camino largo, difícil y peligroso que ha tenido la adaptación cinematográfica de Watchmen, han surgido voces a favor, en contra, apoyando una serie de doce capítulos o, incluso, una reescritura moderna de la obra. De repente, un día, le cayó el muerto encima a Zack y dijo: “Anda, Watchmen, ¿por qué no?”
Y el mundo le dijo: “¡Porque es imposible!”
Zack les respondió: “¿Y?”
Así que la hizo.
Como resumen para aquel que no quiera leer Spoilers, digo:
ME HA ENCANTADO
Roscharch es lo mejor de la película. Ozymandias, posiblemente, lo peor.
La falta de metraje se nota.
Ahora sí, Spoilers a mansalva. De la película, no solo del cómic:



INICIO DE LOS SPOILERS


Al comenzar el film, con ese amarillo característico del smiley, alejándose, seguido de una discusión en televisión sobre la cercanía de la guerra nuclear, presentando así al Comediante, es la mejor manera de poner en contexto la situación actual. Suena la música de “Nostalgia” de Veidt, una figura tras la puerta. Yo sé qué va a pasar. Mucha gente no.
Pero esto solo es un preludio. Un anuncio de lo que hay. Zack se toma una licencia: como están entrenados para combatir el crimen, son capaces de proezas que parecen sobrehumanas. Acepto la licencia, quizás otra gente no, pero yo voy al cine para divertirme, y a mí me divierte ver a gente atravesando paredes a puñetazos, qué queréis que os diga. Soy, en ocasiones, un hombre de gustos sencillos.
Tras ese prólogo, comienzan los títulos de crédito con una foto de los Minutemen, debajo de los cuáles viene el título de la película. Y, seguidamente, primer gran acierto. Una retrospectiva del Universo creado por More, con escenas clave de dicho universo que permiten comprender al que no ha leído los cómics parte del clima de decepción y depresión en cuanto al hecho de ser un héroe enmascarado. Al que ha leído los comics, simplemente, le entra un escalofrío cuando ve a Dollar Bill tumbado en el suelo, el Hombre Polilla peleando con los enfermeros, el Comediante sosteniendo el rifle que mató a Kennedy, Espectro de Seda I dibujada en los aviones americanos.
Y entonces, para mi sorpresa y babeo, Snyder hace un primer plano del Smiley manchado de sangre, se aleja, se ve a un hombre limpiando la sangre, y una figura sosteniendo un cartel “The end si Nigh”. Sigue alejándose, llega hasta el apartamento. Los policías discuten. Me parece estar leyendo el cómic. Cada palabra es calcada.
Digamos que en ese momento, la película me ganó a mí. Me atrapó completamente, llevándome por los rumbos que Snyder había planteado.
Las actuaciones van desde lo sublime (Roscharch y el Búho Nocturno II son, sencillamente, insuperables. Sobre todo el primero, llegando a ser una presencia enorme, impresionante, chocante, que te coge los dedos y amenaza con rompértelos si prestas atención a otro personaje), hasta lo corrientito (Espectro de Seda y Ozymandias, quedando este último un poco fuera de lugar. El actor hace todo lo posible, pero lo veo mal escogido por sus hechuras, comparado con los demás; ella, con toda la fuerza que tenía en el cómic, acaba siendo un poco “mujer florero”, justo lo contrario de lo que tenía que ser).
Sobre la trama, bueno, al haber leído el cómic mi única duda era: “¿Habrán quitado tal y cuál escena?” Pero no importaba. El simple hecho de ver tan bien reflejada cada una de las escenas de las viñetas era emoción suficiente como para seguir atado al filme.
Primera gran duda: “¿Aparecerá la violación de Espectro de Seda I?” Primera grata sorpresa. No se han ahorrado nada. Ni siquiera las acusaciones del Comediante. También primera decepción: han optado por darle un acento ruso a Justicia Encapuchada. ¡Hombre, no! ¡Si la gracia era no saber REALMENTE quién era! Pero es una decepción pequeña, ya siguen las escenas en Vietnam y, dioses, también está la escena de la mujer embarazada. No se ahorran la más mínima violencia, la más mínima implicación moral. Todo está ahí, violento, sucio, terrible. “El sueño americano.”
Eso se hace extensible a cada escena de Watchmen. ¿Qué se han ahorrado? Las tramas secundarias. Recortar en las tramas principales, lo suficiente para que quepan, no más.
¿Qué han cambiado? Y, más importante, ¿por qué? Bien, el cambio más importante lo conocía antes de ir al cine, como casi todo el mundo. Me gusta la solución. El Calamar es una licencia de serie B que le perdonamos a Moore porque su mundo es una ciencia ficción referencial (LLENO de referencias literarias), pero se lo perdonamos nosotros, que nos molan los calamares gigantes (Ïa, Ïa, Cthulhu Fhtagn) y las referencias literarias. Además, el elegir varias ciudades del Mundo, no exclusivamente Nueva York, fue una grata sorpresa. Se aleja del proselitismo y americanocentrismo que suelen tener las películas de superhéroes.
El siguiente cambio no me lo esperaba pero, que Moore me perdone, encaja. Dan advirtiendo a Adrian. ¿Por qué no? ¿Por qué iba a ser Roscharch el único preocupado por la seguridad de los demás? Además es un momento muy natural en la película.
Un detalle pequeño, irrelevante, pero sé que más de uno se dio cuenta. El niño al que Kovac le hace unas caricias no está fumando. Tampoco fuma Espectro de Seda II. Ni siquiera los malos malotes. Bueno, han puesto el desnudo integral de Dr Manhattan y toda la violencia explícita y moral del cómic. Puedo perdonarles esta licencia a favor de la lucha contra el cáncer.
Y, finalmente, el cambio que menos me ha gustado y, de hecho, es para mí el único punto negativo de la película. La salida del Dr Manhattan de la tierra. Prefiero el cómic, cómo contempla con benevolencia a Dan y a Lauri para, después, derribar todo el argumento de Adrian. “¿El fin justifica los medios?” “Nada termina, Adrian, nada.” Dejando al hombre más listo del mundo sumido en la mayor de las tristezas.



FIN DEL SPOILER


Pero al margen de eso, es una película genial, intensa, comprensible para el neófito (aunque con algún que otro momento de “pregunta al friki” sobre detalles menores). Calca las escenas y los diálogos cuando tiene que hacerlo, añade acción cuando lo necesita y cambia lo que tiene que cambiar. Los efectos especiales van desde lo “mmm, canta un poco el señor azul” a lo “O_O LE ESTOY VIENDO LAS PECAS AL DR MANHATTAN” llegando a la cúspide con la fortaleza de cristal que fabrica en Marte, simplemente ESPECTACULAR.
Épica, llena de momentos moralmente inciertos y violencias necesarias. Conmueve y remueve al espectador.
Veré la versión extendida. Sin duda. Si esto es la película mutilada, la experiencia con el metraje ausente tiene que ser, simplemente, genial.
LO MEJOR: Roscharch.
LO PEOR: Ozymandias.
10’5/12