viernes, 15 de agosto de 2008

BATMAN: FILMOGRAFÍA

De entre todos los tipos que se ponen una capa porque han decidido que tienen la posibilidad y la responsabilidad de garantizar la seguridad de sus conciudadanos, es Batman por derecho propio, y a pesar de imitadores y sombras, el más oscuro. En este artículo quiero repasar la filmografía del personaje, valorando las películas y los enfoques que ha tenido, desde el punto de vista de alguien que considera que es el único superhéroe más sugerente que sus villanos. Y viendo a sus villanos, es mucho decir.


Pero en lugar de entrar a valorar cada film por separado, cosa que ya se ha hecho en extremo y por gente más hábil que yo, he decidido centrarme en diversos aspectos de la mitología del Detective, y estudiar las bondades y defectos de cada apartado. Incluyo la serie de animación de los 90, pues tiene mucho que decir también al respecto. Seis películas, tres directores, y una serie, suena la campana.





Gotham


Gogham City, la Ciudad Gótica, es un acierto argumental desde su base: una ciudad nueva, llena de posibilidades, hecha por y para el Caballero Oscuro. Cuando Batman habla de Gotham, no dice Gotham, dice "Mi ciudad", y lo dice sabiendo que esa ciudad lo ha hecho nacer, lo ha elegido como héroe, y que es lo que es gracias a cada uno de sus recovecos oscuros.


Para Tim Burton, Gotham es su ciudad ideal, así como Sleepy Hollow su pueblecito para las vacaciones. En las perturbadas manos del director, cada rascacielos tiene una gárgola colgando, la catedral es tan gargantuesca que araña las nubes, todo es exceso y tenebrosidad. Conceptual y visualmente, la Gotham de "Batman" y "Batman Vuelve" es simplemente majestuosa, ¿qué mejor ciudad para un hombre-murciélago que una donde puede ser una escultura más, oscura, en semipenumbra, bajo una luna herida?


Joel Schumacher, como veremos en los demás aspectos, toma como modelo principal la serie de acción real. Así, los delirios pop inundan cada aspecto de su ciudad. Hay colosos sosteniendo todo lo que se puede sostener (desde el Telescopio hasta la carpa del circo), estatuas imposibles sostienen las autovías, cada fachada demuestra la grandiosidad de la antigua Grecia. Las luces y el espectáculo al poder, degeneran el alma de Gotham City, y la convierten en Baroque City.


Cuando Christopher Nolan coge la idea de Batman le da una vuelta de tuerca. El personaje se vuelve una persona real en un mundo real. Cuando se observa Gotham desde las alturas, puedes creer que es Gotham, Nueva York o Tokio. Shangai se vuelve indistinguible del hogar del murciélago. Ya no es su ciudad, es la ciudad de Wayne, el multimillonario, y de Gordon, el comisario. Un lugar con personas reales, con problemas reales y vidas reales.


La serie de animación, ya en su oppenning, da una clara muestra de lo que quiere para Gotham. Vuelven a ser los años 50, en los carteles las letras se afilan, los edificios se alzan apenas esbozados bajo la luna, y la elegancia inunda las calles. Es el punto de equilibrio entre el tenebroso mundo Burtoniano y el posterior realismo de Nolan.



GANA: Pues ninguna, fíjese usted. Esto es una decisión personalísima. Aquellos más aficionados al aspecto más oscuro y recargado del personaje preferirán a Burton, los que tiendan a una visión más cercana a la realidad se decantarán por Nolan, los fans de la serie de acción real podrían apostar por Schumacher. Aunque si hubiera que elegir una, por su sencillez y su espíritu, y por cohesionar todas las posturas sin saberlo, la de la serie de animación.





Jim Gordon, comisario de Gotham


Siempre fiel a Batman, su mayor aliado contra el crimen, y el único contacto que tiene con lo que ocurre en la ciudad. Es la colaboración de la policía, la unión entre lo oficial y lo extraoficial. Una bisagra fundamental para Batman.


Burton y Shumacher pasan de puntillas por el personaje. No es importante para sus tramas, no marca ninguna diferencia, es un secundario más con un nombre más bien olvidable.


En cambio, Nolan cuenta la historia de Gordon, mejor incluso que la del propio Batman. Es el verdadero héroe de Gotham, uno de los pocos policías que no está corrupto, uno de los pocos hombres buenos, y que quiere mantenerse bueno. En su saga, podemos ver su ascenso, lo que pierde por culpa de su integridad, cómo paga el precio de no ser parte del problema, y convertirse en la solución.


La serie de animación, por su parte, comenzaba con el comisario ya aposentado en el cargo, pero su importancia, variable entre capítulos, nunca era despereciable. En ocasiones era objeto de asalto por parte del mal, en ocasiones era lo único que salvaba Gotham. Sus tribulaciones apenas quedaban marcadas, pero era lógico teniendo en cuenta el público al que se dirigía la serie. Pero sí tenía un aura de solidez. Hacía saber que, de caer Batman, allí estaría para recogerlo.


GANA: Nolan. No hay ninguna duda, el comisario interpretado por Gary Oldman es el mejor de los expuestos en medios audiovisuales: es el más cercano al hombre de a pie, que es precisamente eso en los cómics: el hombre de a pie a la sombra del mito. Puja con fuerza, sin embargo, el anchísimo de hombros y canoso de la serie de animación.




Alfred


El otro punto de apoyo del señorito Bruce. La única persona que conoce el secreto, y sin la cuál estaría completamente perdido en el Mundo Real. Siempre aporta una nota cómica imprescindible para relajar la tensión del héroe sufridor, siempre está ahí con buenos consejos, y exigiendo prudencia.



Burton encuentra un tono intermedio ideal para el personaje. Es inglés, anciano, y con la trascendencia justa en la trama: la vida privada de Bruce. No aprueba lo que es Batman, ni lo deja de aprobar, tan sólo vela por la seguridad de su protegido.



A pesar de ser el mismo actor, conforme avanza la saga el personaje se caricaturiza, a la vez que el conjunto. El mayordomo siempre correcto e insolente se transforma en un punto más para extraer chistes fáciles y tensiones aún más fáciles. Se desdibuja, y su trabajo anterior se pierde totalmente.



Nolan cambia de actor, y escoge a Michael Caine. Y Michael Caine está estupendo en casi todo lo que hace (no digo todo por falta de datos, porque hasta ahora no lo he visto fallar). Es irónico, paternalista, y correcto. Le suelta las verdades que tiene que soltarle a la cara a Batman. Quizás se deprecie su papel en favor del de Lucius Fox: dos Alfreds con dos grandísimos actores, dándole el caché que necesita este personaje.



En la serie de animación se ve rejuvenecido, y pasado por el lápiz amerimanga que impregna todos los diseños, siendo su papel tan bien representado como la mayoría en dicha serie.



GANA: Más bien pierde, y pierde el veterano Michael Gough por la caída en desgracia de un papel que había hecho suyo.


La chica

Como Hollywood es Hollywood, y a pesar de que al murciélago sólo se le han conocido dos mujeres realmente importantes en el plano sentimental (Selina Kyle y la hija de Rhas al-Gûl), el cine ha decidido emparejar al Detective con numerosas féminas, dando así un leit-motiv amoroso al asunto.

Kim Basinger: El objeto de deseo más buscado de los 90, con su rostro nórdico, su cabellera dorada y sus proporciones espigadas semi-divinas, fue la primera seleccionada para alterar la sangre fría del murciélago. Como periodista encajaba perfectamente en el guión de cine negro-fantástico de Batman: investigaba la misteriosa figura oscura que recorría Gotham, era un enigma al que seguir la pista, y al final lograba descubrirlo y hacerse con él. Como casi siempre en estas películas, el triángulo falso se establecía (alter-ego-superhéroe-chica), haciendo que la aparentemente difícil elección al final fuera sencilla de tomar, con ascenso a la catedral y momento damisela en apuros incluido.

Michell Pfeiffer: Los ojos felinos y el rostro duro y poderoso de la actriz presagiaban lo que sería el culmen de la sensualidad super-heroica, imbatible hasta ahora. No necesitaba ir por ahí en bikini (aprended, Halle Berry y Jennifer Garner), sino embutida en un traje de cuero negro cosido por ella misma, haciendo un contraste eterno con su tez pálida. Para rizar el rizo, y como es lógico según el mecanismo del Argumento Base, en esta película se establecía un cuadrado extraño: Batman y Catwoman eran enemigos, pero en su enemistad se enraizaba una atracción mutua; por otro lado, Selina y Bruce estaban comenzando a "aproximar posturas" con el problema de sus alter-egos fastidiando con su secreto la relación. Es la que decide sacarse a sí misma de los apuros, y ya de paso pegarle en los testículos al malvado de turno.

Nicole Kidman: La actual dama rubia, la ex-esposa de Tom Cruise, antes de hacerse por completo un sitio como sex-symbol se erigió como psicóloga dispuesta a desentrañar los intrincados recovecos de la torturada mente de Batman. En su papel instilaba inteligencia en un personaje que parecía capaz de arrojar luz en la mente torturada del murciélago. Desgraciadamente, acabó en el cliffhanger clásico de la dama en apuros, ni siquiera poético.

Uma Thurman: Siguiendo la estela de Burton, la segunda película de Schumacher debía mostrar una supervillana (eso si no consideramos a Cat-Woman como un agente del caos e interés propio), y escogieron a Poison Yve. Dependiendo del guionista, este personaje ha rozado desde la tristeza y el desgarrador dolor de la incomprensión hasta la más burda de las seducciones feromónicas, escogiéndose esta última para su versión fílmica. Una mujer atractiva como Uma cae víctima de crímenes contra la humanidad, la estética y la feminidad a través del vestuario y maquillaje, convertida en una especie de Drag Queen vegetal sin estilo ni atractivo alguno.

Katie Holmes: En su búsqueda de una estabilidad y un desarrollo personal, Nolan se sacó de la manga una antigua amiga de la infancia del multimillonario, capaz de derretir su corazón con la nostalgia y de buscar en él al hombre que fue, el corazón del héroe, para que su venganza se convirtiese en justicia. Buenos propósitos, como los que enlosan el camino al Infierno: la actriz escogida no pasa de "sosita", y su personaje, una criatura plana que no motiva sentimiento alguno.

Maggie Gyllenhall: Aquellos que conocimos a esta mujer a través de la perturbada, perturbadora, perversa y pervertidora "Secretary" no podemos dejar de reconocer que, sin ser una mujer especialmente guapa, si se le sabe sacar partido, de chica normalita pasa a "de gran interés". Además su interpretación suele ser encomiable, y de hecho su personaje gana enteros en sus manos, ya que le dota de una profundidad que su predecesora no era capaz de trasmitir. Desgraciadamente cae víctima del estilismo, y al comparar lo sugerente que se muestra en esa primera escena de la nombrada "Secretary" con su apariencia en El Caballero Oscuro hace pensar que alguien en el equipo tenía odios escondidos contra Maggie. Su final, desgraciadamente, no emociona.

GANA: Michelle Pfeiffer, la única que es capaz de ser una mujer de verdad, no una damiselilla en apuros, origen tras ese papel de millones de fantasías onanistas, y posiblemente uno de los personajes que más iconografía sensual ha producido en los años 90.


Bat-móvil

El coche que el Detective transforma para convertirlo en un arma en las calles, mucho antes de que nadie hablase de "tunning". En los cómics su imagen ha sufrido cambios radicales casi en cada momento. Las películas también han optado por rediseñar este aparato.


Batman y Batman Vuelve nos muestran mi Bat-móvil favorito. Lo digo sin tapujos, aquí no puedo ser objetivo (y mira que hasta ahora lo había sido). Su línea ondulada, sus faros afilados, su diseño elegante, su pretenciosidad como deportivo, su aire retro, su cabina llena de botones de colorines brillantes. Es simplemente una imagen mítica, que aún hoy me emociona. Un aparato que no es realmente un coche, es un nuevo tipo de vehículo por sí solo.


En Batman: Forever, al igual que el resto del diseño de producción, el vehículo se vuelve más brillante. Franjas de neones azules arañaban sus laterales, y una aleta dorsal sin sentido cortaba el aire. A pesar de todo, seguía manteniendo el tipo: las luces permitían en cierto modo resaltar las sombras, y en el ambiente pop que rodeaba la película, era una nota un punto más sobria. Desgraciadamente, a la llegada de Batman y Robin la cosa se tuerce. El diseño, a imitación del de la serie de acción real, añade una absurda luz de policía, y le acompañan otros bat-cachibaches como el bat-deslizador-para-la-nieve, más diseñados para la venta de muñecos que para poder ser expuestos en pantalla.

Nolan, siguiendo su intención hiperrealista, directamente bebe de la obra de Miller y le da a Batman un tanque con ruedas enormes. Excepto detalles puntuales (el cómo la moto emerge de dos de las ruedas), no tiene ningún tipo de misterio, no es algo novedoso, es simplemente un armatoste militar corriendo por una ciudad. El hiperrealismo al poder: la gente no se sorprende al verlo, simplemente intenta cargárselo; nadie lo llama "Bat-móvil", porque más que eso es un armatoste aparatoso y funcional, sin nada que pueda identificarlo.

En la serie de animación optan por un diseño sencillo, deportivo, sin demasiados alardes pero muy elegante a fin de cuentas, que encaja bien con el resto del diseño gráfico. No apasiona, pero es fácil acostumbrarse a él.

GANA: Si el artículo lo escribiese otro... pero no lo hace. Así que el "Bat-móvil" de Burton.

Villanos

Llega un tema que muchas disputas puede producir, por la aparición del mismo supervillano en dos vertientes distintas. Analizaremos, por tanto, aquellos que no se repiten, y dejaremos a los dos que sí al final, pues merecen su propio epígrafe (no incluyo aquí la serie de animación porque podía eternizarse, aún más, el artículo):

El Pingüino: Este personaje en origen tenía un interés limitado. Un hombrecillo con redes mafiosas a su servicio, y que gustaba de la etiqueta y el frac, recibiendo un nombre pintoresco que resalta su oposición a Batman: el murciélago es el único mamífero volador, el pingüino una de las pocas aves incapaces de volar. Pequeño, gordito, y armado con innumerables paragüas alterados, no es de una profundidad demasiado importante. Burton, siguiendo su manía de los monstruos infantiles y de los padres que odian a sus hijos (como "La Melancólica Muerte de Chico Ostra", si Freud llega a conocer a Burton...), se nos presenta una perversión del Libro de la Selva con un muchachote feo y repugnante en su deformidad, de manos palmeadas y nariz prominente, que es repudiado por sus padres y se cría en el odio hacia la especie humana. Convencido por el verdadero villano de la cinta, Christopher Walken, para erigirse candidato a la presidencia, usando su historia conmovedora como arma política, acabará decidiendo destruirlo todo. La actuación de DeVito es impresionante, la caracterización de ensueño, pero el desarrollo se queda un poco corto. Mención aparte lo absurdo de que sus compinches sean personajes de circo: Burton tenía mono de circenses malvados tras haberle dado al Jóker una pandilla de mafiosos.

Catwoman: Todo lo dicho sobre Pfeiffer más arriba, y más. Es sensual, felina, provoca deseo a cada paso, y tiene fuerza como para ponerse al lado de Batman y salir victoriosa. Su aparición al final de la película hacía desear su reaparición en posteriores, lástima del cambio de dirección.

Enigma: En muchas ocasiones, y debido a lo parecidos que pueden llegar a ser, Enigma y Jóker se han visto superpuestos ligeramente. Pero es importante diferenciarlos, cosa que Jim Carrey no es capaz de hacer. Al darle al humorista el papel de Enigma, y especialmente (tras ver películas serias de él me doy cuenta de que tuvo que ser así) al decirle que se comportara "como Jim Carrey", le quita todo lo que pudiera tener al personaje. De ser un hombrecillo inteligente, de lenguaje críptico y con homicidas intenciones, pasa a convertirse en un payaso sin sentido, vestido como un payaso sin sentido, y comportándose como un payaso sin sentido. Su plan para conseguir todos los secretos de Gotham era, sencillamente, ridículo.

Mr Freeze: Arnold no es un gran actor, su especialidad estriba en mostrar músculos, empuñar armas enormes y poner cara de "estoy descomprimiéndome porque estoy en Marte sin oxígeno". Por supuesto, si hablamos de un científico no imaginamos a Arnold (excepto en "Los gemelos golpean dos veces", que no debería ser una refernecia para una película de Batman). Así pues el mismo concepto alterado de personaje es el que le resta cualquier credibilidad desde el principio, pasando por sus esbirros en trajes de pieles hasta su escondrijo helado (de nuevo, y como de costumbre en Schumacher, referencias claras a la serie pop). ¿Por qué lleva consigo a todas partes el remedio de la enfermedad de su esposa pero en estadíos precoces? Eso nunca lo sabremos.

Poison Yve: Como ya dije antes, en lugar de estudiar la torturada mente mitad planta mitad persona de Pamela, los guionistas se tiraron al río con su capacidad seductora feromónica. Sin interés alguno, sin gracia y sin más papel que lucir el palmito y plantarse (literalmente) otra guarida de supervillano, aún más excesiva que la de Mr Freeze.

Perdición: Tan sólo mencionar lo patético que resulta cuando pierde la droga que le está embruteciendo para quedarse delgadito. Referencia clara para el Dr Jeckyll de Van Helsing.

El Espantapájaros: Secundario habitual, aquí también ejerce de secundario, y es una de las decisiones acertadas de Nolan. No tiene fuerza para convertirse en el villano principal, ya que Batman tan sólo necesita una máscara de gas para vencerle (habitualmente). Bien establecido como personaje, bien usado, y bien representado su gas del miedo. En definitiva, un villano secundario más que correcto.

Rhas al-Gûl: Posiblemente lo esté escribiendo mal, pero bueno ^^. Muy interesante el personaje, no se explora su alquimia e inmortalidad en la película, cosa que podría haber dado mucho juego, ya que sin ella se transforma en un terrorista sofisticado. Bien inventada su relación con Batman, y su naturaleza es interesante, pero se merecía un trato mejor.

GANA: Cat-Woman. Pero como no se la puede considerar villana completamente, estaría entre el Pingüino y Rhas al-Gûl, ambos bien planteados de inicio, pero no lo suficientemente bien aprovechados.

Dos Caras

Antiguo fiscal del distrito de Gotham, transformado en una fuerza criminal tras un baño de ácido que separó su ya de por sí delicada personalidad en dos.

Tommy Lee Jones: Sufriendo el destino popero de sus compañeros bajo la dirección de Schumacher, a pesar del buen hacer de la caracterización el personaje se vuelve payaso e idiota, con su guarida dividida en dos y dos chicas guapas, una un ángel y otra un demonio. Mera comparsa sin gracia, fuente de chistes malos, y con una capacidad limitada para la amenaza, harta pronto.

Aaron Eackhart: Habiendo aparecido primero el hombre y luego el monstruo, Nolan nos da un Dos Caras genial, fantástico y perfecto. La historia de El Caballero Oscuro es la suya, narra su caída en el infierno, y en esa caída lo acompañamos. El simbolismo de su moneda de dos caras queda totalmente justificado, sus actos no son ilógico crimen, sino venganza controlada. Sigue en él el hombre bueno que era, el que no mataría a nadie nunca; pero la maldad lo ha transformado en el monstruo que es ahora, el que no duda en apretar el gatillo. Su constante dicotomía bien planteada a través del conflicto, de la interpretación y del desarrollo. El maquillaje/ordenador es perfecto, por otro lado, y la escena en la que aparece por primera vez, mi favorita del filme.

El personaje de animación, tras haber sido presentado en numerosos capítulos, sufre su destino de la forma más adecuada, y su transformación es lógica y está bien llevada. El aspecto gráfico, con su traje blanco-negro y su rostro azul, refleja bien al personaje. Pero posteriormente se suma a la fila de supervillanos como "uno más", sin que su pasado como fiscal quede, en muchas ocasiones, plasmado de ninguna manera.

GANA: Claramente Aaron Eackhart.

El Jóker

La Némesis primera y última de Batman, el perfecto opuesto para el adusto Detective: la sonrisa eterna ante la broma de la vida. Dos actores geniales han hecho interpretaciones geniales desde perspectivas opuestas y ambas totalmente válidas. Las analizaré, pero no me quedo con ninguna: me quedo con ambas.

Jack Nicholson: Lo que Jack le da al personaje no se lo da Heath, y viceversa. Excepto en el hecho de que son psicópatas con rostro de payaso, nada hay en común entre ellos. Tim Burton decide explicar el origen del Jóker (usando una de las versiones más aceptadas) en favor del espíritu de Batman. Hablaré de eso más tarde. Lo que destaca del Jóker de Burton es la iconografía y la felicidad psicótica que posee: es un asesino, un cabronazo, y le encanta, disfruta con ello, y se le nota. Cada chiste, cada artículo de broma transformado en una trampa, el gas de la risa mortal, la electrocución con el timbre de la mano, la caja de sorpresas con un ramo muerto, el tunear todos los cuadros del museo, "Soy el mejor artista homicida que existe", lo que le hace a la chica, "Tengo pinta de estar bromeando". Es un mito vivo, que corretea por Gotham, con su pistola de cañón imposible y su ropa morada a juego, que baila con la foto de Kim y se ríe de sus propias bromas junto al cadáver requemado. Es diversión pura y asesina. Su plan es de una maldad divertidísima: cargarse a la mayoría de los ciudadanos de Gotham por culpa de su propia codicia.

Heath Ledger: La naturaleza de las películas de Nolan nos trae un personaje diametralmente opuesto, un ser real, un psicópata sin sentido. Comparten la psicopatía: matan por placer, pero donde Jack encuentra arte, Heath añade juego y sociología. Nolan, en detrimento de Batman, decide no explicar realmente el origen del Jóker, y eso hace que gane muchos enteros: no tiene por qué tener sentido ni origen, es, como se auto-describe, un agente del caos. Juega con la mente de los que le rodean gracias a una inteligencia perturbada y desquiciada, y aprovecha la sorpresa para dar sus golpes. Su mejor escena, sin duda, aquella en la que está vestido de enfermera, porque es ahí más que en ningún otro momento de la película cuando demuestra la naturaleza intrínseca del Jóker: la burla constante a las convenciones establecidas. Añade un grado de amenaza en cuanto a sus planes que Burton no consigue, pero pierde iconografía y diversión. Su plan no queda claro en ningún momento, porque parece no tener más objetivo que dar por saco, y lo consigue.

La serie de animación, por su parte, también tiene mucho que decir. Y es que nos ofrece una mezcla sutil entre ambas posturas, suavizada, claro. Sigue siendo el cabrón divertido rodeado de objetos de feria y de broma, pero por otro lado se demuestra psicótico, de emoicones lábiles, y deliciosamente malévolo.

GANAN TODOS

Bruce Wayne


El Hombre bajo la máscara, el rico playboy que prefiere ir de juerga a tener participaciones en su empresa. Muchos actores lo han encarnado.

Michael Keaton: El primero, con su imagen seria de encantador despistado, que oculta tras su fachada azorada al justiciero de negras alas. Cumple con su papel, sin destacar en ningún momento.

Val Kilmer: Recogiendo el testigo de Keaton, es incapaz de dar profundidad a su Wayne, que se hace pronto olvidable, devorado entre las payasadas de Jones y Carry, las bravuconadas de O´Donnell y los intríngulis inteligentes de la Kidman.

George Clooney: Mira la parte humorística del personaje, se queda con ella, y tira lo demás a la basura. No se esfuerza mucho en el proyecto: no parezca que crea en él. Bien, nosotros tampoco.

Christian Bale: Llegamos al mejor Wayne. Sin duda. En manos de Nolan y en el cuerpo del pedazo de actor que es Bale se nos muestra con una maestría genial la tortura interior del deseo de venganza, la huída hacia adelante, la justicia en sus ojos. Es el hombre que está dividido entre el murciélago y el humano, la persona que ha decidido erigirse como defensor de su ciudad.

El Wayne animado, con sus ojillos puntiformes y su mandíbula cuadrada, era un personaje bastante bien llevado, con algún momento mejor, pero siempre a la sombra del murciélago.

GANA: Christian Bale, sin duda.

Batman

La pregunta que se hace durante la saga, numerosas veces, es: ¿Quién es Batman?
No es la pregunta correcta.
La pregunta correcta es: ¿Qué es Batman?
Dependiendo de la respuesta, podremos escoger como Batman un personaje u otro entre los tres extremos.
En un extremo está la respuesta: "Bruce Wayne disfrazado para combatir el crimen". En otro "Un superhéroe con cientos de gadgets". El tercero, "Una leyenda que se cuentan los criminales entre sí para darse miedo".

Sólo una de las respuestas es puramente encasillable en una de las vertientes del personaje: la segunda. Schumacher toma a Batman y lo convierte en un espectáculo de acción superheroica, con mil artilugios brillantes con el logotipo del murciélago, siguiendo la estela del cinturón multiusos de la serie de televisión, y llenando de merchandising las tiendas. ¿Que Batman necesita descongelar el telescopio? Pues saca su Bat-Plaquita-Calorífica-Descongeladora-De-Personas-Y-Gente. Y como eso, todo.

Las otras dos respuestas son más discutibles. Mucha gente que conozco diría que la primera, yo digo la tercera, y son válidas. Por eso prefiero las películas en las que la tercera predomina, aunque, repito, no es una división pura.
Como decía, Burton cuenta el origen del Jóker en favor del de Batman, y Nolan lo hacía al revés. ¿Por qué decía yo eso? Bien, analizaré al personaje de Batman en ambas líneas.

Nolan decide explicar desde el principio el origen del personaje. Hace un recorrido genial por su psicología y su entrenamiento, llevándole al Tíbet, y explicando cada una de sus posteriores habilidades. En cada momento introduce las armas que va a utilizar, explicadas por Lucius como si de Q se tratara. Para Nolan Batman difiere de Bond en su mente torturada, no en sus métodos. Así, cada vez que Batman necesita un nuevo equipo, lo ha recibido de Lucius, cada nuevo gadget ha sido probado y experimentado. Vemos la génesis del personaje, conocemos la explicación de cada fenómeno. Así que cuando se disfraza, podemos ver perfectamente a Wayne tras la máscara: es él el protagonista, no Batman. Pero hay momentos, en los que Gordon se da la vuelta, y allí está; se apaga la luz, y aparece tras el Jóker; usa la oscuridad como amiga y compañera en una lucha más intelectual que física, venciendo a sus rivales antes de enfrentarse a ellos, en los que sí es el mito callejero, el que susurran los delincuentes. Y esa tendencia va en aumento conforme avanza la saga, con lo que la hipotética tercera parte promete traernos al verdadero Batman.

Ese camino que sigue Nolan es el opuesto al decidido por Burton, y eso hace de Batman (así, a secas) la película mítica que es. No conocemos al inicio los orígenes del murciélago. Sabemos de él lo que dos rateros se cuentan entre sí, que la mitad es mentira y la otra mitad también. ¿Existe de verdad? ¿O no? Y entonces aparece de entre la niebla, sin hacer ruido, con toda la presencia que le da el oscuro traje, y sin saber qué ni quién es. Más adelante las piezas se unirán, y se descubrirá que Bruce Wayne es Batman, y se mostrará el origen de su conflicto, pero con calma, con un conocimiento del espectáculo, de la magia teatral. Claro, una vez conocido al personaje, poco a poco se desmitifica, y ya en la segunda empezamos a entrever a Wayne bajo la máscara, y no es el mejor Wayne de todos, y pierde toda la fuerza que la oscuridad de Burton le había dado.

Hete aquí el conflicto, lo que hace que Batman me guste más que El Caballero Oscuro, pero haga presagiarme que la trilogía Nolaniana puede ser superior al conjunto Burtoniano: la evolución del hombre al mito o del mito al hombre.

GANA: Por ahora, Burton. En espera de que Nolan se siga pronunciando.

CONCLUSIONES FINALES

Tres ideas distintas de lo que debería ser el personaje, y que impregnan todo lo que le rodea en las seis películas. Hiperrealismo, fashion-pop o teatralidad oscura. Imposibilita de forma objetiva dar un juicio de cuál es mejor (¡la serie de televisión era un éxito! así que no deben faltar partidarios de Schumacher). Definitivamente, como en todo lo que rodea lo lúdico, es el gusto personal el que escoge.
Ahora, yo me pregunto ¿una película con estética Burtoniana, con Michelle Pfeiffer aún joven Catwoman, Heath Ledger de Jóker y Aaron Eackhart de DosCaras, el Wayne de Bale, el Gordon de Oldman, la música de Danny Elfman y los diseños para bat-cacharritos y trajes de Burton, con el oscurantismo y la teatralidad de este último pero la psicología de personajes de los Nolan; no sería acaso perfecta?

GANADOR ABSOLUTO: Aquel que sepa disfrutar de las virtudes de cada una de las versiónes.

El Caballero Oscuro

¿Acaso soy el único al que le ha decepcionado esta película?
Los medios, la crítica y los fans la señalan como una de las grandes películas de la época. Ensalzan sus cualidades en guión, dirección y actuación. Y, sin lugar a dudas, son sobresalientes.
Y aún así me ha dejado frío.

Todo el mundo elogia la actuación de Heath Ledger, y yo no puedo más que quitarme el sombrero, pues se transforma completamente en el Jóker.
El resto de los actores cumple de forma sublime, en especial Aaron Eackhart en su caída al infierno.
Maggy Gyllenhall le da un cariz mucho más personal e interesante que Kathy Holmes, haciendo que un personaje secundario molesto se convierta en una baza para la película.
Christian Bale ES Bruce Wayne, cosa que ningún actor había conseguido.
Y como siempre, sobresalientes Michael Caine y Morgan Freeman.

El guión está cuidado al milímetro, mostrando la verdadera batalla en el corazón de los dos Caballeros de Gotham, los límites que se imponen, el por qué se los imponen, y el por qué deciden si cruzarlos o no. El Jóker es el agente del caos que publicita ser, y aunque sus planes recuerden a gran escala a otros psicópatas (Seven y Saw están ahí, pujando con fuerza), tiene su propia personalidad, que sí es la del Jóker. Los detalles cercanos a "El Largo Halloween" (cómic que sirve de base más importante a esta película) son de agradecer, y reconocibles por los fans.

Los efectos especiales, mención especial a la Otra Cara, son espectaculares y dan verosimilitud al conjunto.

Y no me emociona.
¿Acaso lo que yo veo como fallos, que otros ven como virtudes, me ciega a la hora de valorar la gran película que es? ¿Soy el único que piensa que humanizar a Batman y dar a Gotham realismo no es un acierto?
Para mí, sin la mitología que le rodea, Batman es simplemente un tío disfrazado de murciélago, tan ridículo como sus imitadores. Para Nolan, Batman se convierte en la cara emo de Tony Stark Sí, es cierto que el Wayne de Nolan tiene un trasfondo y una oscuridad, una profundidad de personaje, que ya quisiera para sí la película del Vengador dorado, pero al acercarlo tanto a la realidad, no ves la máscara, ves al hombre bajo la máscara.
Nolan ha hecho una gran película sobre Bruce Wayne, sobre Harvey Dent y sobre el Jóker, pero no es Batman el que aparece en la pantalla.

Cuando, en Watchmen, Roscharch habla con el psiquiatra, le dice que al principio no era Roscharch, era un tío disfrazado de Roscharch. Y ahí está el punto: que aunque apunte buenas maneras, el personaje que nos enseña esta nueva saga aún no es Batman. Y digo aún porque tengo la esperanza en el buen hacer de este director, y sé que es capaz de hacer salir al verdadero Batman, cosa que, si es que alguien ha conseguido hacerlo, ha sido Burton (y tan sólo en las notas iniciales de su primera película). Pero de eso quiero hablar largo y tendido en un artículo más elaborado acerca de la filmografía del personaje.

Así que ese es mi problema, a la hora de disfrutar la película: necesito que Batman produzca mitología, porque es lo que lo diferencia realmente de un tipo disfrazado de murciélago, no la gomaespuma. Y Nolan no me da esa mitología, me da un James Bond enmascarado.
Quizás en la próxima. Tengo fe en ello. Tengo fe en Nolan.
Pero aún no.