martes, 3 de enero de 2012

The Artist


The Artist
Año: 2011
Director: Michel Hazanavizius
País: Francia

El amor en los tiempos del Cybersexo es una entelequia, una fantasía para cuatro romanticones que no han aceptado, pobrecitos ellos, la lógica absoluta del cinismo ilustrado y wikificado en el que vivimos las personas sensatas como vosotros y yo. Demasiado naïf y cursi, propio de tiempos de color pastel y lentejuelas, ahogados al fin y de una vez por todas gracias a la perversión y los excesos.
¿Verdad?
Bien, pues esta es una historia de amor, así que aquellos a los que le produzcan pústulas y sarpullidos estas palabras, que huyan a su escondite, a su madriguera, porque vamos a hablar de amor en estado puro.
De amor al cine.
El cine nos está brindando algunos de los momentos más deshonrosos de los últimos tiempos. Pocos clásicos quedan que no hayan sufrido una revisión que destroce de una vez y para siempre su esencia para las nuevas generaciones. Estoy aún esperando el remake de Casablanca para terminar de enterrar el "Arte" y dejarlo sólo en "Séptimo". Como un Séptimo de Caballería que llega para arrasar la taquilla a golpe de grito y efecto especial, de escena videoclipera y sangre salpicando la pantalla.
Por todos los dioses, que yo, amante de la sangre y de la acción videoclipera, yo que pasé años sin ver nada que no tuviera al menos una criatura infográfica dando la murga por allí, yo que me declaro fan de Mercenarios 2 sin haberla visto, vamos, que yo tenga que escribir esto significa que han cruzado el límite entre lo divertido y lo "pffff...".
Entonces llegó The Artist.

The Artist nos cuenta la caída en decadencia de una estrella de cine mudo en los tiempos en los que el cine sonoro comenzaba a sonar con fuerza. Las gentes se agolpaban para oír por primera vez a sus artistas favoritos, las productoras contrataban caras jóvenes para promocionarlas y las viejas glorias se quedaban atrás.
La genialidad de The Artist es que, como buen homenaje que es a la época del cine mudo y el cambio al cine sonoro, es muda y en blanco y negro.

¡Horror! Gritan los que se agolparon a ver Avatar en 3D+i Wz45 con sonido Dolby Digital Surround Inround 6.90. ¡Cine mudo! ¡Sin colores! ¿Quién quiere ver eso?

Yo.

Una película semejante precisa de dos cosas fundamentales. Un guión inteligente y un par de grandes actores que soporten el peso interpretativo.
Lo primero lo tiene. El escenario no podía estar mejor escogido, Hollywood en el cambio de década de los años 20 a los 30, el cambio entre el cine con orquesta para darle música a la película y las primeras imágenes de cine sonoro. Se explota de forma magistral ese momento a través de dos personalidades, la del viejo George Valentín que cae en desgracia y la joven Peppy Miller que se alza. Su relación desde su primer encuentro hasta el final de la película está contada con una delicadeza y un tempo magníficos, que arrastra consigo al espectador, enamorado perdidamente de los compases de la cinta.

Bérénice Bejo es una mujer guapa pero no espectacular. Por suerte. Compensa esa falta de espectacularidad en su rostro con una gracia natural que transforma a Peppy Miller en un personaje adorable, encantador. Cada sonrisa, cada mohín y cada contoneo seducen con una sonrisa. Parece poseída por el espíritu de Betty Boop, ese erotismo inocente del baile, de la sonrisa ancha y sincera. De unos ojos espectaculares.
Quien me acompañó al cine opina que parece en ocasiones demasiado de nuestra época. Es posible, pero en mi opinión eso beneficia a la sensación que debe producir en la película.
Esta mujer es maravillosa. Pero porque tiene que enfrentarse a Jean Dujardin en una interpretación que es, sencillamente, magistral. En un alarde de carisma que supura por la pantalla y ensombrece todo lo que hubiera en escena, el orgulloso George Valentín encanta desde el primer momento.
La química entre ambos es magnífica, fluye como por arte de magia, de magia del cine en estado puro, de amor por el cine.
El perro es ya una guinda más a la película.

Todo esto está situado en un mundo sin voces, de carteles con diálogos ocasionales. ¿Acaso el espectador actual tiene problemas para seguir esta historia, tan acostumbrado como está al diálogo y a que le mastiquen todo? No. Ningún problema. Los sentimientos afloran más poderosos que las palabras, los conflictos se sienten en el alma y vibran en el corazón.
Entonces llegamos a la música y todo, absolutamente todo, queda redondeado por una banda sonora sublime que, sin olvidar el homenaje constante a las bandas sonoras de la época a mostrar, en ningún momento se observa desfasada.

Y si fuera poco, la escena de pesadilla más angustiosa que he visto en mucho tiempo. Las escenas cómicas más tiernas. Las escenas trágicas que más me han llegado.
Terence Mallick, aprende a hacer sufrir.

¿Qué es The Artist? The Artist es, como su propio nombre indica, Arte. Séptimo Arte. Porque es tan atemporal como un cuadro de Goya o una escultura de Miguel Ángel. Da igual de qué generación seas, de qué momento histórico. Lo que te muestra es tan humano, tan cercano y está contado con tanta habilidad y sensibilidad que te llegará, si sabes darle la oportunidad.
The Artist es amor, y el amor tan puro sólo puede hacer una cosa, enamorar. A mí me ha enamorado.
Y mi consejo es que te dejes tentar tú también, que no te va a defraudar.

lunes, 2 de enero de 2012

Mujeres Guerreras 1: Estirpe Salvaje

Hace ya mucho tiempo que, en mis cyberviajes, tuve a bien encontrarme con Montse de Paz antes de que publicase su primera novela. Hace ya años que no frecuento los foros, cosas del tiempo ese que no tengo, pero cuando me enteré que había publicado una novela tomé la firme decisión de comprarla, leerla y comentarla.
Las dos primeras partes ya están hechas, queda la tercera.
Con esto, abro un ciclo corto de reseñas de novelas escritas por autoras españolas de fantasía-terror que se continuará con "La Elegida de la Muerte" de Virginia Pérez de la Puente y terminará con "El Ojo Blanco" de Guadalupe Eichelbaum. La he titulado "Mujeres Guerreras" no por las protagonistas de las historias (que en parte sí pero no del todo), sino porque las autoras son guerreras duras en este mundo eminentemente masculino de la literatura fantástica.
En su honor intentaré ser sincero. Porque me gustaría que conmigo lo fueran (pero tampoco DEMASIADO sinceras, VENGATIVAMENTE sinceras, ¿vale, Montse, Virginia, Guadalupe?). Ahí va.



TÍTULO: Estirpe Salvaje
CULPABLE: Montse de Paz
EDITORIAL: Espasa
SINOPSIS IN-OFICIAL: Ruslan e Yvanka son niños huérfanos, entre tantos que está dejando la cruel batalla entre dos grandes Señores, todo refriegas y enfrentamientos políticos que amenazan la tenue estabilidad de un reino en nacimiento. Pero su carácter los convertirá en pieza clave del conflicto que sólo acaba de empezar.

Montse de Paz se estrena en la novela con una historia de crecimiento personal. Es la típica historia del niño que debe hacerse mayor, que debe convertirse en hombre y en buen hombre finalmente. Además, tenemos la vida de una niña que debe crecer, hacerse mujer y encontrar su sitio en el mundo. Eso es lo que prometen los primeros compases y en ningún momento decepciona. La evolución de los niños es pausada, bien llevada y relativamente verosímil. Es verdad, hay que entrar por el aro de que Ruslan e Yvanka tienen pasta de héroes, esto es, que son capaces de ser mejor que sus coetáneos tanto al intentar lograr sus objetivos como en sus decisiones morales. Pero Montse quiere contar la historia de un par de héroes de su tiempo, no de gente normal. Es épica. El sabor que deja al final es de un agradable agridulce que mí me satisfizo bastante.

Empieza uno la novela dándose cuenta del gran trabajo de Espasa en el preciosismo de la obra. El dibujo de portada, quizás un poco recargado, es hermoso. La grafía del título, que se usa después en toda la obra, también es muy barroca, rozando lo excesivo, pero da mucha personalidad al conjunto y concuerda muy bien con los membretes que adornan todas las páginas. El mapa es una maravilla.

Luego nos enfrentamos al texto en sí. Es una narración de descripciones cuidadas y bien escritas, que a veces son algo asépticas pero otras veces gozan de gran calidez. Acompañan a la narración de los hechos de forma muy natural, haciendo la lectura de Estirpe Salvaje algo ágil y cómodo.
El desarrollo de la trama amenaza con ser lento durante los primeros compases, pero coge ritmo en seguida y ya no para hasta el final. En ese sentido destacan grandes saltos temporo-espaciales que dinamizan el conjunto. Montse no está interesada en contar cómo Ruslan recorre el camino de aquí para allá o para el otro lado a menos que durante el camino pase algo. Eso es de agradecer en este género, en el que los interminables caminos entre un punto y otro del enorme mapa suelen vivirse con horror por el aficionado.
Finalmente, lo que menos me ha gustado del estilo son los diálogos, que en ocasiones veía forzados y poco naturales. En algún momento de conversación, gracias a la gran ambientación de la que hablaré más adelante, tuve la impresión de estar leyendo una historia escrita en ruso y traducida sin "chispa", como si la vida de algunos personajes se hubiera perdido en el camino.

He amenazado con hablar de la ambientación y, bueno, qué mejor momento que ahora. No sé si Montse se ha basado en una historia real o si todo el trasfondo es suyo. Quizás cuando termine esta reseña me dedique a buscar esa información para sentirme un poco menos ignorante. Pero lo que es cierto es que hace parecer que sea real. Hay novelas históricas con menos verosimilitud político-social que Estirpe Salvaje. Nos encontramos con el nacimiento de una nación sobre los hombros de grandes ciudades dominadas por señores poderosos. Contemplamos las tensiones de la segunda generación, porque señores, ser Alejandro Magno no es fácil, pero más difícil es ser heredero de semejantes dominios, saber darles cohesión cuando ya se está olvidando el por qué están juntos y cuando la figura que llegó para unirlos ha desaparecido y ha dejado un heredero. Y es esa dificultad, ese conflicto, el que alimenta la historia. Me parece una decisión genial y que da los mejores momentos de intriga política y militar.
En semejante contexto hay batallas, muchas batallas. La estrategia de los ejércitos no es complicada, pero en su sencillez radica su gracia. Contiene la simpleza de las batallas de su tiempo, dos ejércitos que chocan, maniobras sencillas de pinza, aprovechamiento del terreno y del factor sorpresa. Montse no pretende demostrar una campaña de Warhammer particularmente imaginativa y genial, sino batallas reales con ejércitos reales.
Ah, es cierto, no lo había dicho. Encuadro a Montse entre las escritoras del fantástico por dos motivos. El primero, porque todo lo que había leído de ella en cuanto a relatos venía de ese género. El segundo, mi ignorancia en cuanto a la realidad de los hechos políticos contados. Pero en ningún momento aparecerá el mago, el dragón o el elfo de dorados cabellos en esta historia. Son seres humanos reales y bien físicos. Sangran, sufren y pelean en un mundo real con normas reales. Eso se agradece.
¿Y cómo son esos personajes? Bueno. Los protagonistas están muy bien construidos a lo largo de toda la novela. Los secundarios de lujo van de lo genial a lo atractivo. A partir de ese momento, los personajes se vuelven bastante planos. Las dinámicas están bien establecidas, como las facciones dentro del cuerpo militar que acompañamos durante casi toda la historia, pero sus protagonistas son estereotipos, especialmente los villanos de la función. Desde un primer momento, sabemos qué personaje es "malo" o "bueno" y sus intenciones. Es lo otro que no me ha gustado demasiado de la historia, aunque no hay que dejar de reconocer que los estereotipos están perfectamente escogidos para su función.
No puedo terminar esta reseña sin comentar que toda la novela está impregnada por un sentimiento anti-machista muy intenso pero que no es cargante y que no es anti-masculino. La libertad de elección de rol como base para una historia en una época en la que esa libertad es nula, bien llevada y que en ningún momento parece "pegada" sobre la historia.
Para redondear el conjunto, un final que, como ya anticipaba, deja un regusto agridulce y ganas de seguir leyendo la historia de Ruslan e Yvanka a partir de ese punto.

CONCLUSIONES
Esta primera novela parece enfocada a un público juvenil tardío en casi todos sus aspectos y en ese sentido encaja perfectamente. Tiene momentos y personajes geniales mezclados con otros no tan geniales. Los diálogos y el maniqueísmo de los secundarios no terminan de agradarme, pero por contrapartida el trasfondo es tan verosímil que estructura y da firmeza a la novela.
Es perfecto para esa sobrina de dieciséis años que tiene la nariz pegada a un libro siempre, si no tenéis nada que regalarle estos Reyes.

jueves, 3 de noviembre de 2011

El Monstruo En Mí (2)

Finaliza hoy, más temprano de lo que parecían prometer mis palabras ominosas, la reseña de esta fantástica antología. Aunque de la antología en general hablaré después.
Como ya di suficiente información en el anterior post, vamos directamente a hacer sangre.

TUMBAS EN LA CIUDAD

Esta fábula urbana, con moraleja incluida, amalgama con gran maestría el mundo interior y el exterior del personaje principal. Encierra en sus pocas páginas una gran filosofía que mira al ombligo propio para ver en él reflejado el rostro de una sociedad decadente como es la nuestra.
Su inicio, quizás demasiado socarrón para mi gusto, es no obstante la mejor forma de iniciar la escalada emocional que nos propone Nachob. Es una escalada ardua, llena de sin sabores y en cuyo culmen sólo vamos a encontrar el amargo sabor de la realidad. Pero precisamente por eso mismo merece ser escalada.
Aún así, su brevedad y su naturaleza le hacen un poco de mella, haciendo que pase algo desapercibida entre el resto, como un fantasma triste y melancólico del que nadie se percata.

NO HABRÁ DESCANSO EN LA MUERTE

No. No. No me he olvidado de un relato. Ni muchísimo menos. Más bien al contrario. La reseña de Casa Ocupada está al final de esta reseña por motivos que quedarán esclarecidos en su debido momento.

El relato corto se presta a pequeños anecdotarios que tienen como única finalidad llevar al espectador en un viaje estremecedor hasta el ansiado punto final que redondea la cocción de lo que había sido la historia.
Y sí, "No habrá descanso en la muerte" está incluido en esa serie de historias.
El hedor dulzón a voodoo es tentador desde la primera frase, que en sí evoca tanto que nos introduce de golpe y porrazo en la ambientación de la historia. Así, la historia sucede ante nuestros ojos tan impregnada por esos versos ominosos de una forma indefectible, que el autor es libre de desarrollarla sabiendo que la imaginación del lector añadirá el atrezzo necesario.
No obstante, la perversidad del villano se me antoja tan intensa que, aunque no dudo que existan personas tan inquinas y malvadas en este mundo, produce una sensación caricaturesca que me arranca de forma inevitable de la historia, muy a mi pesar. Y si bien así el final queda redondo en su gran justicia, mi alma pérfida hubiera preferido algo más de injusticia en su protagonista.

OCHO ESFERAS PLATEADAS

La fobia, el phobos absoluto, lo atávico que en nuestro interior anida sin poderlo nosotros evitar. En ese lugar repulsivo y desgarrador que cada uno guarda en su psique es donde el Terror, el verdadero Terror, subyace retándonos a que busquemos esa fuerza, esa pulsión tanática, que nos enfrentemos a aquello que nos repugna, nos asquea, nos llena de escalofríos y pesadillas.
Sólo si somos capaces de enfrentarnos a nuestros propios miedos, a nuestras propias pesadillas y hacernos uno con ellas, uno con eso que es tan parte de nosotros que nos repele magnéticamente; sólo si somos capaces de ser uno con nuestra fobia, en definitiva, podemos llegar a alcanzar esa grandeza de donde nacen las pesadillas más monstruosas.
Y Nachob, con dos cojones de acero, no es que salga del aprieto vivo para contarlo. No. Nachob se introduce en las entrañas más repulsivas de su propia fobia y emerge vestido e investido en ella, tan poderoso en el interior de su propio miedo como para provocar el mayor de los miedos a su alrededor.
Posiblemente el segundo mejor relato de la antología. O el tercero...

NI EL INFIERNO QUERRÁ TU ALMA

Y llegamos, desgraciadamente, al relato que menos me ha gustado de toda la antología. Desgraciadamente, esta historia corta no termina de llegarme en ningún momento.
No te dejes influenciar, lector ocasional, que no es para nada un mal relato. Está escrito con tanta delicadeza y tanta empatía para con sus personajes como el resto. El Monstruo que está escondido en sus palabras no es menos fiero ni menos terrorífico.
Pero es tan terriblemente corto y pulcro en su resolución que, a pesar de la sensación de desesperanza y desgracia que pesa sobre cada frase, no consigue transmitir todo el horror que, en mi opinión, la historia merecía.

EL HOMBRE QUE SOÑABA CON MARIPOSAS

Con este relato tuve una sensación muy curiosa.
Sus primeros compases me agradaron, me agradaron mucho de hecho, pero no tanto como otros de la antología.
Posteriormente, me encontré metido en un ambiente que parecía diseñado por el hijo bastardo de Clive Barker y H. R. Giger con un mucho de mitología lovecraftiana estampado en las paredes. Y esa ambientación me agradó sobremanera. Me parece sublime la descripción del universo que fabrica Nachob para nosotros a través de su protagonista, el detallismo de cada una de las escenas lleva a introducirte por completo y sin remedio en el cuadro que nos había pintado en quitina y fluidos.
Pero a esas alturas, la historia me parecía un tanto insulsa comparada con el gran escenario. ¿Por qué?
Por referentes comunes.
Y aquí llegamos al terrible mundo de los spoilers. La sensación y la idea de este relato para mí ha sido tan subjetiva que me es imposible relatarla sin dar pistas o directamente contar tramos enteros de la historia. Así que yo ya lo he advertido.

¿Qué referentes comunes? Pues Mátrix, Dark City y Existenz se encontraban ahí, acechando. Bien, el mundo real y el mundo imaginario en el que están encerrados los protagonistas de las citadas películas y del relato en cuestión no dejan de ser versiones bastante más divertidas del clásico Mito de la Caverna del señor Platón, pero ha sido tan explotado últimamente, y en el caso de Existenz tan similar en su organicidad a la historia que nos ocupa, que por un momento me sentí terriblemente decepcionado.
De esa decepción nació algo aún más peligroso. Nació la sospecha de que algo más se ocultaba detrás. Y ese pensamiento fue terriblemente pernicioso, pues me hizo darme cuenta rápidamente de lo que ocurría.
Y como ya he avisado de los spoilers, seré explícito.
Me di cuenta de que el protagonista no se enfrentaba a un terrible mal que apresaba a la humanidad, sino que se trataba de algo benigno. En un primer momento me imaginé una nave espacial en la que los humanos viajaban en animación suspendida.
Incluso aparece la palabra "nave" en el relato.
Pero de nuevo son los referentes los que me hacen llegar a esa conclusión. Porque, ¿acaso la historia del Navío Negro incluida en Watchmen no es terriblemente afín a este relato? ¿No es harto frecuente la historia del que se encuentra malinterpretando lo que le rodea y produciendo terribles crímenes en su camino?
Pronto, los terribles insectos llenos de humanos a medio digerir se me transformaron en transportes cómodos, las sanguijuelas en fantásticos sanadores de las heridas y cuando el pobre
blizz fallece a manos del protagonista llegué a sentir más pena y empatía por el bichito que por el desesperado Arturo.
Demonios. ¡Demonios! Lo que había aparecido como un terrible "pero" ante mis ojos inicialmente, esa sensación de "predecibilidad" que tenía todo, se transforma de repente ante ese asesinato en una ola de emociones hacia ese universo tan maravillosamente descrito en el que Nachob nos introdujo antes. Pronto me siento terriblemente fascinado, maravillado, del universo orgánico que me rodea. Y sí, me recuerda a Existenz, me recuerda a Mátrix, pero de forma que el relato se erige como enorme torre inexpugnable que hace sombra a las dos películas. Cuando aparece Juan, no hago más que dejarme guiar por su maravillosa explicación, hasta salir al vasto mundo.
Y os juro que cuando la ballena estelar surca el cielo rodeada de sus hijos, camino a su mar natal donde fallecer, mi corazón se encogió y casi afloran lágrimas a mis ojos (o habría sido así de haber tenido corazón, cosa que no tengo). La imagen poderosa de la mariposa sideral conteniendo en su abdomen al viajero de las estrellas se me aparece tan poderosa y cristalina que no he podido evitar intentar dibujarla.


Resumiendo, que de un relato que inicialmente prometía poco ha dado lugar a uno de los relatos más hermosos que he tenido el placer de leer. De lo más recomendable.

CASA OCUPADA

Al fin llego al relato que es tan importante en la antología que hasta es nombrado por Juan Ángel en el prólogo.
Y no es para menos.
Porque es el mejor relato de la antología sin lugar a dudas. Una de las historias más maravillosas de terror que he leído nunca. No puedo extenderme tanto como con otras reseñas.
O quizás sí que pueda, pero no quiero.
Porque con sólo unas palabras queda definida mi opinión sobre este relato. Y, como estoy hablando de Nachob, a él se las voy a robar.

Este es el relato que a mí me hubiera gustado escribir.



RESUMIENDO, QUE ES GERUNDIO

Nachob, y Saco de Huesos, nos han regalado una antología que se define y a su vez define el cacareado género fosco.
No va a encontrarse el lector de terror del todo a gusto entre estas páginas si no es capaz de abrir su mente.
Porque de eso se trata el fosco. De abrir caminos no explorados. De usar la oscuridad como guía, en lugar de la luz, para encontrar lo mismo que con ésta pero desde otra perspectiva.
Amor, odio, rencor, venganza. ¿Acaso no están echas las pesadillas de la misma sustancia que los sueños?
Si alguien lo duda lo más mínimo, le recomiendo que lea este Monstruo de la literatura corta, que no va a quedar defraudado.

LO MEJOR Casa Ocupada, El Hombre Que Soñaba Con Mariposas
LO PEOR Ni El Infierno Querrá Tu Alma, De Sueños Y Monstruos

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El Monstruo En Mí (1)

Hace relativamente poco, José Ignacio Becerril Polo, más conocido como Nachob, durante la presentación de "El Monstruo En Mí" y ante la pregunta cruel y sin compasión de cierto personajillo del público comentaba lo importante del feedback para un autor.
Porque un autor debe escribir porque necesita escribir y para sí mismo y todo ese rollo. Pero es el feedback con su público el que le hace mejorar, le hace pulir esos pequeños detalles que aún le fallan, le ensanchan el ego en los momentos bajos y le dan una cura de modestia cuando lo necesita.
En definitiva, el feedback es la corriente que pule al autor.
Por eso, cuando Nachob me firmó su libro me resultó imposible no tomar una decisión. Y además, por si fuera poco, antes de despedirme de él se lo prometí.
Y el hombre que da su palabra debe cumplirla. O al menos intentarlo hasta la muerte.

¿Y qué le prometí? Pues queda claro: reseñar "El Monstruo En Mí". ¿Fácil? Ni por asomo. Porque ahora me encontraba en la tesitura de tener que leérmelo entero. ¿Y si no me gustaba? ¿Y si me aburría desde la primera página?
Pero no sólo eso. Una especie de código de honor jamás escrito me obligaba a escribir una reseña sincera. Es más, él mismo parecía exigirla en su presentación. Por todos los dioses antiguos y nuevos, ¡sincera! ¿Y si era una bosta de vaca pinchada en un palo? ¿Y si no merecía la pena el papel en el que estaba impreso?
Bueno, eso último no iba a pasar porque, seamos sinceros, la gente de Saco de Huesos tiene buena iniciativa pero no es gilipollas, y no iban a publicar un mal libro.
Pero, ah, terrible duda, ¿y si no me gustaba? Me ponía en el compromiso de decirle no ya a la cara si no, peor, en el fuorum público de internet al señor Nachob "Mira, Nachob, todo fantástico pero, mejor, dedícate a plantar habichuelas."
Que es fácil si uno no conoce al autor (ejemplo práctico: "Dan Brown, todo fantástico pero, mejor, dedícate a plantar habichuelas.") Pero con Nachob había compartido cervezas. ¡CERVEZAS! Por los siete círculos del Infierno, si insultar a alguien con quien uno ha tomado cervezas no está penado con la fulminación instantánea rayo de Júpiter mediante es que estamos rezando a los dioses equivocados.
Pero en fin, la cosa ya era inevitable. Había hecho una promesa y debía cumplirla.
Así que, por hacer honor a los relatos antes de que desaparezcan fugaces de mi terrible memoria, me pongo a reseñar en capítulos "El Monstruo En Mí". Cada capítulo contendrá los relatos que me ha dado tiempo a terminar en el día, así que si un día voy en transporte público y me da tiempo a leerme cinco relatos, ahí estarán, y si otro día estoy más vago que el sastre de Tarzán y no me leo ninguno, os quedáis sin dosis.
Así de cruel es la voluntad de quien escribe.
Finalizando ya este prólogo inecesariamente largo, ahí tenéis el primer fascículo.


TÍTULO El Monstruo En Mí
CULPABLE José Ignacio Becerril Polo (alias "Nachob")
AÑO DE EDICIÓN 2011
EDITORIAL Saco de Huesos
GÉNERO Fosco, por supuesto
CATEGORÍA Antología de Relatos

SINOPSIS Dentro de nosotros hay un monstruo que se oculta, que acecha, que teje retorcidas elucubraciones para justificar sus más bajos instintos. Que cuenta cuentos macabros y se ríe como una vieja. José Ignacio Becerril Polo quiere mostrarte al monstruo que hay en él. Sin subterfugios. Sin disfraces. En toda su crudeza. ¿Te atreverás a mirarle sin apartar la vista?

ANTECEDENTES PENALES DEL CULPABLE Zaragoza, 1966. Padre de familia feliz y escritor aficionado muy aficionado a escribir, lleva desde el 2006 publicando y compartiendo sus cuentos e historias en diversas páginas de Internet con mayor o menor fortuna. Ha tratado de participar también en el mayor número de certámenes, antologías y publicaciones que ha podido, con relativo éxito. En todo caso no se puede quejar porque el viaje ha sido divertido y ha conocido muy buena gente.
También como resultado de su primer año de literato se auto regaló un recopilatorio de relatos titulado Un Año De Palabras, que a juicio de sus selectos lectores tiene casi tantos aciertos como ausencias de tildes. Además del libro que tienes en tus manos, tiene pendiente de publicar otra antología: De Hombres Y Monstruos, con la editorial AJEC.

LA CIUDAD INHABITADA

Con este pequeño relato dividido en partes y capítulos y con epílogo y todo nos da la bienvenida el bueno de Nachob.
Si bien puedo adelantar que el final me resultó algo predecible a partir de cierto punto (aproximadamente entre el segundo tercio y el tercer cuarto), no es menos verdad que la culpa la tuvo cierto relato corto que leí hace años con una premisa semejante.
Que por cierto también me resultó predecible a partir de cierto momento porque yo mismo había estado a punto de parir una idea semejante.
O lo que es lo mismo, que dudo mucho que otro lector con semejantes antecedentes en su haber de muñecas rusas encuentre predecible el final de esta historia. Pero, más importante de todo, de entre todas las versiones de esta misma historia que he tenido el placer de leer mi favorita es la de Nachob, y eso que se tiene que enfrentar con uno de mis hijos no-natos, con toda la potencialidad que éstos tienen, así que no es moco de pavo ni mucho menos.
Ya sin dar tantas vueltas absurdas al tema, cuatro escenas aparentemente inconexas demuestran ser parte de un mismo cuadro observado a través de un prisma de extrañeza. Poco a poco, el horror va impregnando hasta el ambiente más bucólico, dando lugar a la pesadilla y la desesperanza con una maestría que produce escalofríos.
Sólo le puedo achacar que no me gustan nada ciertos detalles del epílogo, demasiado, como decirlo, vinculantes con el relato. Nachob y aquellos que me lean sabrán a qué me refiero.

DE SUEÑOS Y MONSTRUOS

He de ponerme serio y declarar firmemente que este relato no me ha gustado. Y no por ningún problema técnico, que el lenguaje usado es perfecto y la historia fluye de una forma orgánica y bien estructurada. Tampoco por los personajes, ya que empatizo de forma natural con ella desde sus primeras palabras y me impresiona en su lenguaje y su fuerza él, lleno de carisma. Si quieres que me ponga tiquismiquis, el epílogo no me termina de agradar, pero quizás sea porque éste cumple la función de recoger los preciosos retazos de personalidad que había dibujado Nachob y ponerlos al servicio de la historia.
Y es que lo que no me gusta es la historia. No me ha gustado nunca esta historia. No, no me refiero a que hubiera leído antes el relato de Nachob y luego me lo hubiera encontrado aquí, como de improviso, como un conocido un tanto inaguantable al que de repente te encuentras por la calle. Es el trasfondo, no pocas veces usado en la literatura de terror, que ha servido como excusa para cientos de historias. Algunas mejores que la versión de Nachob, la mayoría peores.
Pero en todos los casos, me producen un absoluto rechazo estético, quizás por encontrarlos, digamos, demasiado simplificados.
A lo mejor el problema soy yo, que quiero ver complejidad donde no debe haberla. Y sin "a lo mejor".
Pero como para gustos colores y a mí el que me gusta es el octarino... Ahí queda eso. Un gran relato que no me gusta nada.

TODO ESTÁ HECHO

De igual modo, este relato te hace imaginarte el final como uno de los posibles. El juego del autor, con gran maestría, nos confunde al principio pero no con maldad.
Es frecuente, desgraciadamente, que el autor se ponga intelectualmente por encima de sus lectores confundiéndolos de forma perniciosa. Lo único que se consigue con eso es que el lector se sienta insultado y odie al autor.
Pero Nachob no incurre en ese error ni mucho menos. Todo lo contrario, si confunde al lector es simplemente para intensificar la experiencia, dar un nuevo gusto, una nueva tonalidad, a un color no desconocido, ni mucho menos.
Las descripciones de este autor aquí cobran una importancia absoluta, perfilando todo cuanto acontece en esta historia de un modo tan plástico que si cerrásemos los ojos posiblemente veríamos algunas de las escenas flotando delante nuestra.
Y entonces los abriríamos sin remedio, pues no son escenas que sean agradables de ver.
No obstante, una de las teorías que no pude evitar hacerme sobre la conclusión del relato, y que se mantuvo en vilo hasta la última escena, me gustó un poco más que la versión de Nachob, y se la incluyo aquí en cursiva. Abstenerse los que aún tengan por leer esta historia o los que no amen los what-if apócrifos.





Me mantuviste engañado durante toda la narración, sólo cuando aparece la foto de la niña me di cuenta de que tenía que ser el padre y del cambio temporal. Hasta entonces, la ilusión de que la escena del policía era un flashback se mantuvo firmemente en mi cabeza.
No obstante, nunca imaginé que se trataba de un policía. Dejas claro desde el principio que no se trata de una persona normal.
Es más, yo me había imaginado que se trataba de un burócrata del Infierno, que se encargaba de iniciar el proceso administrativo para la condena de su alma y su tormento eterno, y que los policías no iban a encontrar rastros de lo que el psicópata había hecho, más al contrario, una de esas casualidades del destino lo iba a condenar al anonimato más absoluto.
La frase "El Demonio mismo debería leerlo" le dio alas a mi idea.





CONTINUARÁ...

domingo, 4 de julio de 2010

Aire para respirar

En esta ciudad de tebeo, en esta ciudad de chiste, en esta ciudad de eternas obras y eterna autosuficiencia, ocurre un suceso tan paranormal que bien merecería una visita del equipo de Íker Jiménez.

Porque en esta, nuestra ciudad, existe la pretensión orgullosa y megalómana de convertirse en 2016 (si los dioses Mayas nos lo permiten y no acabamos todos como en una superproducción de Emmerich) en Ciudad Europea de la Cultura. Posiblemente porque alguien en las altas instancias pensó que eso de cultivarse era enterrarse en una maceta y echarse abono.

Esa teoría cobra verdadera relevancia en las carteleras de cines. Si no, no es explicable que, productos como Air Doll, ni si quiera sean estrenados en nuestra parrilla; y en cambio "cosas" que no merecen calificativo alguno, como La Venganza de Ira Vamp o Campamento Flipy, campen a sus anchas durante semanas.

Air Doll es una película japonesa de autor, basada en un manga poco conocido. Ole. Y, por si fuera poco, trata de una muñeca hinchable que cobra vida.
Esta propuesta intimista, a la que pretendo asistir aún a costa de realizar una pequeña excursión a provincias más civilizadas, ha pasado por completo desapercibida para los dueños de las salas más comerciales o independientes.
Y eso que sí que pudimos disfrutar de otras obras igualmente independientes como Repo! The Genetic Opera o la maravillosa Déjame Entrar.
Pero no. En este caso la bizarrez de la idea es excesiva, una sobredosis para los programadores de las salas.
A pesar del reconocimiento internacional del director y la obra, de las buenas críticas y, ¡qué coño! ¡Que es una muñeca hinchable que cobra vida!

Nada. En lugar de cine de autor, mierda. Lo dicho, abonando la cartelera para ver si crece un matojo de tomates o de pimientos y acabamos siendo la Ciudad Europea de la AgriCultura (con todo el respeto por el sector agrario, por supuesto).

En fin... Éste, por su parte, va a invertir en cines ajenos en lugar de malgastar tiempo y dinero frente a productos infectos. Desgraciadamente, no todo el mundo puede permitírselo.
Para dar un poco de envidia, el tráiler:

http://www.youtube.com/watch?v=bywKifNzeKo

domingo, 24 de mayo de 2009

Calabazas en el Trastero: Entierros




Lo he intentado comunicar personalmente a todos los autores en los blogs que dieron a "Calabazas en el Trastero".Si ha existido alguna confusión, lo lamento. Alguno no dio dirección. Y una en particular no se me abre.
Espero que aquellos que no me han podido leer de esa forma, lean al menos por aquí, en público, lo que tengo que decir.
Para empezar, pido perdón por haber tardado tanto en leer la antología. Ha sido una etapa muy convulsa en mi vida, y eso me ha impedido leer estos relatos a la velocidad que me hubiera gustado.
Para seguir, felicitar al equipo de la Biblioteca Fosca por su trabajo, su dedicación y la iniciativa; y agradecer la colaboración de Nocte y la publicación de Vision Libros. La edición es una auténtica maravilla en calidad, en el orden escogido para los relatos, en la maquetación de los mismos y, no menos importante, David M. Rus ha hecho un trabajo magnífico con la ilustración de la portada.
Y como último preludio a la opinión, decir que me siento terriblemente orgulloso de que un relato mío se codee con tan grandes muestras de literatura. Cada relato nuevo que leía me hacía sentir más feliz de que mi "Moroaica" se encontrase entre tan grandes escritos.
Ahora, sí que sí, mi opinión de cada uno de los relatos.

El Tratado de Michael Ranft: Asimilar un relato de terror a "La Confesión de Randolph Carter", de H.P. Lovecraft, debería ser un motivo de orgullo para cualquier escritor. El inicio de este relato me conducía a tal conclusión. Su final no. Su final supera la obra de Lovecraft. Tomando un tono de pseudociencia propio de finales del siglo XIX y principios del XX, añadiendo la leyenda clásica al relato, empezamos la antología con un grandísimo relato corto de terror que nos hace presagiar que hemos hecho una gran compra.

Certificado de defunción: El Enterrador no podía faltar en una Antología sobre los Entierros, y aquí no faltan sepultureros, enterradores y otros seres de semejante función. Aquí, es el protagonista de una historia que nos conduce a un final inevitable, horrendo, genial. La sensación se sublima de las palabras al lector, provocando el frío, el miedo, la desesperación y el dolor del pobre protagonista, al que es inevitable cogerle cariño dada su carisma.

De cómo el señor alcalde acude al debate nocturno de Buddy, "el Enterrador": Lo dicho. Enterradores de todas las raleas posibles. En esta pequeña obra (en cuanto a extensión, que no en cuanto a calidad literaria) la simpleza de la historia ejerce de mazazo al lector, unido al arrollador encanto de un protagonista que, en estado de gracia, nos regala un terror inesperado y maravilloso.

Todo es empezar: Maravilloso escrito acerca del trabajo del enterrador. Con un fino sentido del humor no exento de escalofrío perverso, los dos protagonistas nos atrapan sin remedio en la red de su profesión, conduciéndonos sin demora hasta una conclusión simplemente genial, redondeándose a sí mismo con su propio título.

La procesión de las plañideras: Quizás el más onírico de la antología, lleno de fantasía horrenda y leyenda profana, que deja entrever a través de una lírica profusa, compleja, barroca y cuidada (cuales bajorrelieves de una iglesia bien construida, llenos de terrores inimaginables para conmover a los profanos) una historia magnífica que llena de pesadillas las noches del lector.

El cruce de la música: Entrando de cabeza en un género de terror desgraciadamente explotado hasta la saciedad, consigue arrancar pepitas de oro de una mina que parecía agotada, dando lugar a una historia más que original, más que interesante, más que seductora, cual cocinero que consigue sacar de unos huevos fritos con patatas una delicia gastronómica.

Cosecha de huesos: La habilidad del escritor nos engancha para recorrer junto al protagonista una larga y lenta marcha por un paisaje desasosegante, tan bien construido que las moscas salen de la revista y nos rodean, el calor reseca nuestras gargantas y el olor a polvo y a muerte inundan la habitación donde estamos leyendo. Poco a poco, plantando semillas de inquietud aquí y allá, el escritor consigue con su paciencia cultivar una cosecha de miedo puro en nosotros.

No somos nada: Ágil, cruel, despiadada, divertida. Una maldad corta e intensa, en un estilo directo (a la yugular) que nos implica más de lo que deberíamos estar dispuestos en la perversidad celópata y en la psicosis de las vengativas protagonistas de este relato. Ejerce de soplo de aire fresco en los asfixiantes ambientes de la antología (como debe ser entre tantos Entierros), pero un aire lleno de rumores malintencionados y monstruos humanos.

Moroaica: No voy a cometer la insensatez de comentar mi propio relato, que de eso han de encargarse otros ;).

... Y evitar los malos pensamientos: Entre tanta maldad, tanto horror, tanta perversidad y tanta muerte, las sonrisas afloran entre la inquietud, y la magia que invade sin previo aviso a la realidad nos permiten soñar durante la lectura de este hermoso cuento. Reflejando una realidad compleja y difícil, con tintes de leyenda moderna y potencial para despertar la imaginación del lector.

Una tumba vacía: Genial relato que nos retrotrae a una infancia no del todo perdida, llena de olor a polvo, monstruos de la imaginación y lugares tenebrosos mas atractivos. Cuando descubríamos nuestro lado más oscuro y nos déjabamos seducir por aquello que más miedo nos daba. La sonrisa se tuerce al final, en un acto de empatía con el Mal.

Y llorarán por ti: No podía faltar un relato de esta calaña, que nos condujera por el túnel del más terrible de los miedos que puede sentir un ser humano, nos provoque una reacción vagal ante la incertidumbre, la indefensión y la angustia existencial más insoportables para, en el momento más inesperado, golpearnos con una revelación que da una vuelta de tuerca más al tema de esta antología.

Es mi trabajo: Y, para terminar con tan terrorífica reunión de relatos, nos encontramos con una historia hermosa, que aborda el dificilísimo tema del existencialismo, del miedo a lo que se haya al otro lado de la vida, de las fronteras, del último viaje, de lo que representa, de lo que dejamos atrás, de por qué debemos dejar cosas atrás. Y lo aborda con habilidad, dejándonos sentir una pizca de horror y desconcierto ante una situación fantasiosa que, como sutil metáfora, nos guarda un reflejo de la realidad y nos deja un sabor agridulce, pero más dulce que agrio, como colofón a esta maravillosa reunión de relatos.

sábado, 2 de mayo de 2009

La Dejaron Estrenarse

Al fin se estrenó. Al fin la vimos. A mí me ha encantado. Hacía mucho tiempo que no veía una película de vampiros tan buena. Podría decir, casi sin equivocarme, que desde "La Sombra del Vampiro" no he visto otra mejor. Incluso la perversa "El Ansia" me gustó un poco menos que ésta, y "Cronos", aún siendo original e interesante, la veo desaprovechada, desgraciadamente.

Lo más interesante de la película es que no es una historia de vampiros. Perfectamente funcionaría si la niña no fuera una vampiresa, al menos lo más importante: la relación entre ellos, el renacer sexual, el descubrimiento.
Pero, para subrayar y enfatizar el discurso, hay vampiros. Y, por Stoker, qué vampiros. Nada de bellezas sobrenaturales fosforitos (y no sólo hablo de "Crepúsculo", que Anne Rice también tiene mucho de ese rollo); nada de maquineros fiesteros en una continua juerga sangrienta, peleándose con pistolas (en mi opinión, nada es tan cutre como un vampiro con pistolas... excepto Alucard de Hellsing). No. Estos vampiros son vampiros CLÁSICOS, vamos, los vampiros de los que todos sabemos pero que nunca vemos en las películas.

Además, están tratados con una naturalidad que los vuelve más impactantes que los vampiros que normalmente vemos en el cine. Aquí no harán un primer plano de cada uno de los poderes, para que el espectador se dé cuenta. En cambio, su naturaleza vampírica es rodada de lejos, con sutileza: no se vanaglorian de serlo, sino que lo son, y punto. Desde ese primer salto en las barras de juegos (escena sublime por lo sencilla que parece y la carga que posee de sobrenaturalidad) hasta la manifestación más intensa de su naturaleza vampírica (que no es de sus poderes, sino de sus debilidades), todo transcurre para ella como tiene que transcurrir: como si llevase pasando lo mismo cientos de años. Casi con desgana.

Gran parte de la responsabilidad de tanta maravilla en este tema la tiene el director y su elección de planos y su dirección de actores, pero otra buena parte la tienen los actores que, aún siendo niños, desprenden una naturalidad y una expresividad inquietantes (vale, el niño tiene escenas en las que parece oligofrénico, pero, leches, por alguna razón tendrán que meterse con él en la escuela); la niña, en particular, es una genial actriz (y tiene unos ojos increíbles); y, por si fuera poco, los efectos especiales. Que son tan sutiles en algunos momentos que ni parece que estén, y es así como deberían usarse los efectos especiales (¡aprende, Nolan, cómo hacer un Dos-caras creíble y torturado!).

Para algunos quizás peque de lenta, y no lo voy a negar, es una película lenta. Pero es que tiene que ser así, tiene que ser nieve posándose en el espectador hasta el clímax final. Una grandísima película que merece ser vista con la mente abierta.