jueves, 3 de noviembre de 2011

El Monstruo En Mí (2)

Finaliza hoy, más temprano de lo que parecían prometer mis palabras ominosas, la reseña de esta fantástica antología. Aunque de la antología en general hablaré después.
Como ya di suficiente información en el anterior post, vamos directamente a hacer sangre.

TUMBAS EN LA CIUDAD

Esta fábula urbana, con moraleja incluida, amalgama con gran maestría el mundo interior y el exterior del personaje principal. Encierra en sus pocas páginas una gran filosofía que mira al ombligo propio para ver en él reflejado el rostro de una sociedad decadente como es la nuestra.
Su inicio, quizás demasiado socarrón para mi gusto, es no obstante la mejor forma de iniciar la escalada emocional que nos propone Nachob. Es una escalada ardua, llena de sin sabores y en cuyo culmen sólo vamos a encontrar el amargo sabor de la realidad. Pero precisamente por eso mismo merece ser escalada.
Aún así, su brevedad y su naturaleza le hacen un poco de mella, haciendo que pase algo desapercibida entre el resto, como un fantasma triste y melancólico del que nadie se percata.

NO HABRÁ DESCANSO EN LA MUERTE

No. No. No me he olvidado de un relato. Ni muchísimo menos. Más bien al contrario. La reseña de Casa Ocupada está al final de esta reseña por motivos que quedarán esclarecidos en su debido momento.

El relato corto se presta a pequeños anecdotarios que tienen como única finalidad llevar al espectador en un viaje estremecedor hasta el ansiado punto final que redondea la cocción de lo que había sido la historia.
Y sí, "No habrá descanso en la muerte" está incluido en esa serie de historias.
El hedor dulzón a voodoo es tentador desde la primera frase, que en sí evoca tanto que nos introduce de golpe y porrazo en la ambientación de la historia. Así, la historia sucede ante nuestros ojos tan impregnada por esos versos ominosos de una forma indefectible, que el autor es libre de desarrollarla sabiendo que la imaginación del lector añadirá el atrezzo necesario.
No obstante, la perversidad del villano se me antoja tan intensa que, aunque no dudo que existan personas tan inquinas y malvadas en este mundo, produce una sensación caricaturesca que me arranca de forma inevitable de la historia, muy a mi pesar. Y si bien así el final queda redondo en su gran justicia, mi alma pérfida hubiera preferido algo más de injusticia en su protagonista.

OCHO ESFERAS PLATEADAS

La fobia, el phobos absoluto, lo atávico que en nuestro interior anida sin poderlo nosotros evitar. En ese lugar repulsivo y desgarrador que cada uno guarda en su psique es donde el Terror, el verdadero Terror, subyace retándonos a que busquemos esa fuerza, esa pulsión tanática, que nos enfrentemos a aquello que nos repugna, nos asquea, nos llena de escalofríos y pesadillas.
Sólo si somos capaces de enfrentarnos a nuestros propios miedos, a nuestras propias pesadillas y hacernos uno con ellas, uno con eso que es tan parte de nosotros que nos repele magnéticamente; sólo si somos capaces de ser uno con nuestra fobia, en definitiva, podemos llegar a alcanzar esa grandeza de donde nacen las pesadillas más monstruosas.
Y Nachob, con dos cojones de acero, no es que salga del aprieto vivo para contarlo. No. Nachob se introduce en las entrañas más repulsivas de su propia fobia y emerge vestido e investido en ella, tan poderoso en el interior de su propio miedo como para provocar el mayor de los miedos a su alrededor.
Posiblemente el segundo mejor relato de la antología. O el tercero...

NI EL INFIERNO QUERRÁ TU ALMA

Y llegamos, desgraciadamente, al relato que menos me ha gustado de toda la antología. Desgraciadamente, esta historia corta no termina de llegarme en ningún momento.
No te dejes influenciar, lector ocasional, que no es para nada un mal relato. Está escrito con tanta delicadeza y tanta empatía para con sus personajes como el resto. El Monstruo que está escondido en sus palabras no es menos fiero ni menos terrorífico.
Pero es tan terriblemente corto y pulcro en su resolución que, a pesar de la sensación de desesperanza y desgracia que pesa sobre cada frase, no consigue transmitir todo el horror que, en mi opinión, la historia merecía.

EL HOMBRE QUE SOÑABA CON MARIPOSAS

Con este relato tuve una sensación muy curiosa.
Sus primeros compases me agradaron, me agradaron mucho de hecho, pero no tanto como otros de la antología.
Posteriormente, me encontré metido en un ambiente que parecía diseñado por el hijo bastardo de Clive Barker y H. R. Giger con un mucho de mitología lovecraftiana estampado en las paredes. Y esa ambientación me agradó sobremanera. Me parece sublime la descripción del universo que fabrica Nachob para nosotros a través de su protagonista, el detallismo de cada una de las escenas lleva a introducirte por completo y sin remedio en el cuadro que nos había pintado en quitina y fluidos.
Pero a esas alturas, la historia me parecía un tanto insulsa comparada con el gran escenario. ¿Por qué?
Por referentes comunes.
Y aquí llegamos al terrible mundo de los spoilers. La sensación y la idea de este relato para mí ha sido tan subjetiva que me es imposible relatarla sin dar pistas o directamente contar tramos enteros de la historia. Así que yo ya lo he advertido.

¿Qué referentes comunes? Pues Mátrix, Dark City y Existenz se encontraban ahí, acechando. Bien, el mundo real y el mundo imaginario en el que están encerrados los protagonistas de las citadas películas y del relato en cuestión no dejan de ser versiones bastante más divertidas del clásico Mito de la Caverna del señor Platón, pero ha sido tan explotado últimamente, y en el caso de Existenz tan similar en su organicidad a la historia que nos ocupa, que por un momento me sentí terriblemente decepcionado.
De esa decepción nació algo aún más peligroso. Nació la sospecha de que algo más se ocultaba detrás. Y ese pensamiento fue terriblemente pernicioso, pues me hizo darme cuenta rápidamente de lo que ocurría.
Y como ya he avisado de los spoilers, seré explícito.
Me di cuenta de que el protagonista no se enfrentaba a un terrible mal que apresaba a la humanidad, sino que se trataba de algo benigno. En un primer momento me imaginé una nave espacial en la que los humanos viajaban en animación suspendida.
Incluso aparece la palabra "nave" en el relato.
Pero de nuevo son los referentes los que me hacen llegar a esa conclusión. Porque, ¿acaso la historia del Navío Negro incluida en Watchmen no es terriblemente afín a este relato? ¿No es harto frecuente la historia del que se encuentra malinterpretando lo que le rodea y produciendo terribles crímenes en su camino?
Pronto, los terribles insectos llenos de humanos a medio digerir se me transformaron en transportes cómodos, las sanguijuelas en fantásticos sanadores de las heridas y cuando el pobre
blizz fallece a manos del protagonista llegué a sentir más pena y empatía por el bichito que por el desesperado Arturo.
Demonios. ¡Demonios! Lo que había aparecido como un terrible "pero" ante mis ojos inicialmente, esa sensación de "predecibilidad" que tenía todo, se transforma de repente ante ese asesinato en una ola de emociones hacia ese universo tan maravillosamente descrito en el que Nachob nos introdujo antes. Pronto me siento terriblemente fascinado, maravillado, del universo orgánico que me rodea. Y sí, me recuerda a Existenz, me recuerda a Mátrix, pero de forma que el relato se erige como enorme torre inexpugnable que hace sombra a las dos películas. Cuando aparece Juan, no hago más que dejarme guiar por su maravillosa explicación, hasta salir al vasto mundo.
Y os juro que cuando la ballena estelar surca el cielo rodeada de sus hijos, camino a su mar natal donde fallecer, mi corazón se encogió y casi afloran lágrimas a mis ojos (o habría sido así de haber tenido corazón, cosa que no tengo). La imagen poderosa de la mariposa sideral conteniendo en su abdomen al viajero de las estrellas se me aparece tan poderosa y cristalina que no he podido evitar intentar dibujarla.


Resumiendo, que de un relato que inicialmente prometía poco ha dado lugar a uno de los relatos más hermosos que he tenido el placer de leer. De lo más recomendable.

CASA OCUPADA

Al fin llego al relato que es tan importante en la antología que hasta es nombrado por Juan Ángel en el prólogo.
Y no es para menos.
Porque es el mejor relato de la antología sin lugar a dudas. Una de las historias más maravillosas de terror que he leído nunca. No puedo extenderme tanto como con otras reseñas.
O quizás sí que pueda, pero no quiero.
Porque con sólo unas palabras queda definida mi opinión sobre este relato. Y, como estoy hablando de Nachob, a él se las voy a robar.

Este es el relato que a mí me hubiera gustado escribir.



RESUMIENDO, QUE ES GERUNDIO

Nachob, y Saco de Huesos, nos han regalado una antología que se define y a su vez define el cacareado género fosco.
No va a encontrarse el lector de terror del todo a gusto entre estas páginas si no es capaz de abrir su mente.
Porque de eso se trata el fosco. De abrir caminos no explorados. De usar la oscuridad como guía, en lugar de la luz, para encontrar lo mismo que con ésta pero desde otra perspectiva.
Amor, odio, rencor, venganza. ¿Acaso no están echas las pesadillas de la misma sustancia que los sueños?
Si alguien lo duda lo más mínimo, le recomiendo que lea este Monstruo de la literatura corta, que no va a quedar defraudado.

LO MEJOR Casa Ocupada, El Hombre Que Soñaba Con Mariposas
LO PEOR Ni El Infierno Querrá Tu Alma, De Sueños Y Monstruos

1 comentario:

Nachob dijo...

Gracias

Por recordarme para qué escribo

Por recordarme porqué no debo dejar de escribir