martes, 3 de enero de 2012

The Artist


The Artist
Año: 2011
Director: Michel Hazanavizius
País: Francia

El amor en los tiempos del Cybersexo es una entelequia, una fantasía para cuatro romanticones que no han aceptado, pobrecitos ellos, la lógica absoluta del cinismo ilustrado y wikificado en el que vivimos las personas sensatas como vosotros y yo. Demasiado naïf y cursi, propio de tiempos de color pastel y lentejuelas, ahogados al fin y de una vez por todas gracias a la perversión y los excesos.
¿Verdad?
Bien, pues esta es una historia de amor, así que aquellos a los que le produzcan pústulas y sarpullidos estas palabras, que huyan a su escondite, a su madriguera, porque vamos a hablar de amor en estado puro.
De amor al cine.
El cine nos está brindando algunos de los momentos más deshonrosos de los últimos tiempos. Pocos clásicos quedan que no hayan sufrido una revisión que destroce de una vez y para siempre su esencia para las nuevas generaciones. Estoy aún esperando el remake de Casablanca para terminar de enterrar el "Arte" y dejarlo sólo en "Séptimo". Como un Séptimo de Caballería que llega para arrasar la taquilla a golpe de grito y efecto especial, de escena videoclipera y sangre salpicando la pantalla.
Por todos los dioses, que yo, amante de la sangre y de la acción videoclipera, yo que pasé años sin ver nada que no tuviera al menos una criatura infográfica dando la murga por allí, yo que me declaro fan de Mercenarios 2 sin haberla visto, vamos, que yo tenga que escribir esto significa que han cruzado el límite entre lo divertido y lo "pffff...".
Entonces llegó The Artist.

The Artist nos cuenta la caída en decadencia de una estrella de cine mudo en los tiempos en los que el cine sonoro comenzaba a sonar con fuerza. Las gentes se agolpaban para oír por primera vez a sus artistas favoritos, las productoras contrataban caras jóvenes para promocionarlas y las viejas glorias se quedaban atrás.
La genialidad de The Artist es que, como buen homenaje que es a la época del cine mudo y el cambio al cine sonoro, es muda y en blanco y negro.

¡Horror! Gritan los que se agolparon a ver Avatar en 3D+i Wz45 con sonido Dolby Digital Surround Inround 6.90. ¡Cine mudo! ¡Sin colores! ¿Quién quiere ver eso?

Yo.

Una película semejante precisa de dos cosas fundamentales. Un guión inteligente y un par de grandes actores que soporten el peso interpretativo.
Lo primero lo tiene. El escenario no podía estar mejor escogido, Hollywood en el cambio de década de los años 20 a los 30, el cambio entre el cine con orquesta para darle música a la película y las primeras imágenes de cine sonoro. Se explota de forma magistral ese momento a través de dos personalidades, la del viejo George Valentín que cae en desgracia y la joven Peppy Miller que se alza. Su relación desde su primer encuentro hasta el final de la película está contada con una delicadeza y un tempo magníficos, que arrastra consigo al espectador, enamorado perdidamente de los compases de la cinta.

Bérénice Bejo es una mujer guapa pero no espectacular. Por suerte. Compensa esa falta de espectacularidad en su rostro con una gracia natural que transforma a Peppy Miller en un personaje adorable, encantador. Cada sonrisa, cada mohín y cada contoneo seducen con una sonrisa. Parece poseída por el espíritu de Betty Boop, ese erotismo inocente del baile, de la sonrisa ancha y sincera. De unos ojos espectaculares.
Quien me acompañó al cine opina que parece en ocasiones demasiado de nuestra época. Es posible, pero en mi opinión eso beneficia a la sensación que debe producir en la película.
Esta mujer es maravillosa. Pero porque tiene que enfrentarse a Jean Dujardin en una interpretación que es, sencillamente, magistral. En un alarde de carisma que supura por la pantalla y ensombrece todo lo que hubiera en escena, el orgulloso George Valentín encanta desde el primer momento.
La química entre ambos es magnífica, fluye como por arte de magia, de magia del cine en estado puro, de amor por el cine.
El perro es ya una guinda más a la película.

Todo esto está situado en un mundo sin voces, de carteles con diálogos ocasionales. ¿Acaso el espectador actual tiene problemas para seguir esta historia, tan acostumbrado como está al diálogo y a que le mastiquen todo? No. Ningún problema. Los sentimientos afloran más poderosos que las palabras, los conflictos se sienten en el alma y vibran en el corazón.
Entonces llegamos a la música y todo, absolutamente todo, queda redondeado por una banda sonora sublime que, sin olvidar el homenaje constante a las bandas sonoras de la época a mostrar, en ningún momento se observa desfasada.

Y si fuera poco, la escena de pesadilla más angustiosa que he visto en mucho tiempo. Las escenas cómicas más tiernas. Las escenas trágicas que más me han llegado.
Terence Mallick, aprende a hacer sufrir.

¿Qué es The Artist? The Artist es, como su propio nombre indica, Arte. Séptimo Arte. Porque es tan atemporal como un cuadro de Goya o una escultura de Miguel Ángel. Da igual de qué generación seas, de qué momento histórico. Lo que te muestra es tan humano, tan cercano y está contado con tanta habilidad y sensibilidad que te llegará, si sabes darle la oportunidad.
The Artist es amor, y el amor tan puro sólo puede hacer una cosa, enamorar. A mí me ha enamorado.
Y mi consejo es que te dejes tentar tú también, que no te va a defraudar.

lunes, 2 de enero de 2012

Mujeres Guerreras 1: Estirpe Salvaje

Hace ya mucho tiempo que, en mis cyberviajes, tuve a bien encontrarme con Montse de Paz antes de que publicase su primera novela. Hace ya años que no frecuento los foros, cosas del tiempo ese que no tengo, pero cuando me enteré que había publicado una novela tomé la firme decisión de comprarla, leerla y comentarla.
Las dos primeras partes ya están hechas, queda la tercera.
Con esto, abro un ciclo corto de reseñas de novelas escritas por autoras españolas de fantasía-terror que se continuará con "La Elegida de la Muerte" de Virginia Pérez de la Puente y terminará con "El Ojo Blanco" de Guadalupe Eichelbaum. La he titulado "Mujeres Guerreras" no por las protagonistas de las historias (que en parte sí pero no del todo), sino porque las autoras son guerreras duras en este mundo eminentemente masculino de la literatura fantástica.
En su honor intentaré ser sincero. Porque me gustaría que conmigo lo fueran (pero tampoco DEMASIADO sinceras, VENGATIVAMENTE sinceras, ¿vale, Montse, Virginia, Guadalupe?). Ahí va.



TÍTULO: Estirpe Salvaje
CULPABLE: Montse de Paz
EDITORIAL: Espasa
SINOPSIS IN-OFICIAL: Ruslan e Yvanka son niños huérfanos, entre tantos que está dejando la cruel batalla entre dos grandes Señores, todo refriegas y enfrentamientos políticos que amenazan la tenue estabilidad de un reino en nacimiento. Pero su carácter los convertirá en pieza clave del conflicto que sólo acaba de empezar.

Montse de Paz se estrena en la novela con una historia de crecimiento personal. Es la típica historia del niño que debe hacerse mayor, que debe convertirse en hombre y en buen hombre finalmente. Además, tenemos la vida de una niña que debe crecer, hacerse mujer y encontrar su sitio en el mundo. Eso es lo que prometen los primeros compases y en ningún momento decepciona. La evolución de los niños es pausada, bien llevada y relativamente verosímil. Es verdad, hay que entrar por el aro de que Ruslan e Yvanka tienen pasta de héroes, esto es, que son capaces de ser mejor que sus coetáneos tanto al intentar lograr sus objetivos como en sus decisiones morales. Pero Montse quiere contar la historia de un par de héroes de su tiempo, no de gente normal. Es épica. El sabor que deja al final es de un agradable agridulce que mí me satisfizo bastante.

Empieza uno la novela dándose cuenta del gran trabajo de Espasa en el preciosismo de la obra. El dibujo de portada, quizás un poco recargado, es hermoso. La grafía del título, que se usa después en toda la obra, también es muy barroca, rozando lo excesivo, pero da mucha personalidad al conjunto y concuerda muy bien con los membretes que adornan todas las páginas. El mapa es una maravilla.

Luego nos enfrentamos al texto en sí. Es una narración de descripciones cuidadas y bien escritas, que a veces son algo asépticas pero otras veces gozan de gran calidez. Acompañan a la narración de los hechos de forma muy natural, haciendo la lectura de Estirpe Salvaje algo ágil y cómodo.
El desarrollo de la trama amenaza con ser lento durante los primeros compases, pero coge ritmo en seguida y ya no para hasta el final. En ese sentido destacan grandes saltos temporo-espaciales que dinamizan el conjunto. Montse no está interesada en contar cómo Ruslan recorre el camino de aquí para allá o para el otro lado a menos que durante el camino pase algo. Eso es de agradecer en este género, en el que los interminables caminos entre un punto y otro del enorme mapa suelen vivirse con horror por el aficionado.
Finalmente, lo que menos me ha gustado del estilo son los diálogos, que en ocasiones veía forzados y poco naturales. En algún momento de conversación, gracias a la gran ambientación de la que hablaré más adelante, tuve la impresión de estar leyendo una historia escrita en ruso y traducida sin "chispa", como si la vida de algunos personajes se hubiera perdido en el camino.

He amenazado con hablar de la ambientación y, bueno, qué mejor momento que ahora. No sé si Montse se ha basado en una historia real o si todo el trasfondo es suyo. Quizás cuando termine esta reseña me dedique a buscar esa información para sentirme un poco menos ignorante. Pero lo que es cierto es que hace parecer que sea real. Hay novelas históricas con menos verosimilitud político-social que Estirpe Salvaje. Nos encontramos con el nacimiento de una nación sobre los hombros de grandes ciudades dominadas por señores poderosos. Contemplamos las tensiones de la segunda generación, porque señores, ser Alejandro Magno no es fácil, pero más difícil es ser heredero de semejantes dominios, saber darles cohesión cuando ya se está olvidando el por qué están juntos y cuando la figura que llegó para unirlos ha desaparecido y ha dejado un heredero. Y es esa dificultad, ese conflicto, el que alimenta la historia. Me parece una decisión genial y que da los mejores momentos de intriga política y militar.
En semejante contexto hay batallas, muchas batallas. La estrategia de los ejércitos no es complicada, pero en su sencillez radica su gracia. Contiene la simpleza de las batallas de su tiempo, dos ejércitos que chocan, maniobras sencillas de pinza, aprovechamiento del terreno y del factor sorpresa. Montse no pretende demostrar una campaña de Warhammer particularmente imaginativa y genial, sino batallas reales con ejércitos reales.
Ah, es cierto, no lo había dicho. Encuadro a Montse entre las escritoras del fantástico por dos motivos. El primero, porque todo lo que había leído de ella en cuanto a relatos venía de ese género. El segundo, mi ignorancia en cuanto a la realidad de los hechos políticos contados. Pero en ningún momento aparecerá el mago, el dragón o el elfo de dorados cabellos en esta historia. Son seres humanos reales y bien físicos. Sangran, sufren y pelean en un mundo real con normas reales. Eso se agradece.
¿Y cómo son esos personajes? Bueno. Los protagonistas están muy bien construidos a lo largo de toda la novela. Los secundarios de lujo van de lo genial a lo atractivo. A partir de ese momento, los personajes se vuelven bastante planos. Las dinámicas están bien establecidas, como las facciones dentro del cuerpo militar que acompañamos durante casi toda la historia, pero sus protagonistas son estereotipos, especialmente los villanos de la función. Desde un primer momento, sabemos qué personaje es "malo" o "bueno" y sus intenciones. Es lo otro que no me ha gustado demasiado de la historia, aunque no hay que dejar de reconocer que los estereotipos están perfectamente escogidos para su función.
No puedo terminar esta reseña sin comentar que toda la novela está impregnada por un sentimiento anti-machista muy intenso pero que no es cargante y que no es anti-masculino. La libertad de elección de rol como base para una historia en una época en la que esa libertad es nula, bien llevada y que en ningún momento parece "pegada" sobre la historia.
Para redondear el conjunto, un final que, como ya anticipaba, deja un regusto agridulce y ganas de seguir leyendo la historia de Ruslan e Yvanka a partir de ese punto.

CONCLUSIONES
Esta primera novela parece enfocada a un público juvenil tardío en casi todos sus aspectos y en ese sentido encaja perfectamente. Tiene momentos y personajes geniales mezclados con otros no tan geniales. Los diálogos y el maniqueísmo de los secundarios no terminan de agradarme, pero por contrapartida el trasfondo es tan verosímil que estructura y da firmeza a la novela.
Es perfecto para esa sobrina de dieciséis años que tiene la nariz pegada a un libro siempre, si no tenéis nada que regalarle estos Reyes.