¿Acaso soy el único al que le ha decepcionado esta película?
Los medios, la crítica y los fans la señalan como una de las grandes películas de la época. Ensalzan sus cualidades en guión, dirección y actuación. Y, sin lugar a dudas, son sobresalientes.
Y aún así me ha dejado frío.
Todo el mundo elogia la actuación de Heath Ledger, y yo no puedo más que quitarme el sombrero, pues se transforma completamente en el Jóker.
El resto de los actores cumple de forma sublime, en especial Aaron Eackhart en su caída al infierno.
Maggy Gyllenhall le da un cariz mucho más personal e interesante que Kathy Holmes, haciendo que un personaje secundario molesto se convierta en una baza para la película.
Christian Bale ES Bruce Wayne, cosa que ningún actor había conseguido.
Y como siempre, sobresalientes Michael Caine y Morgan Freeman.
El guión está cuidado al milímetro, mostrando la verdadera batalla en el corazón de los dos Caballeros de Gotham, los límites que se imponen, el por qué se los imponen, y el por qué deciden si cruzarlos o no. El Jóker es el agente del caos que publicita ser, y aunque sus planes recuerden a gran escala a otros psicópatas (Seven y Saw están ahí, pujando con fuerza), tiene su propia personalidad, que sí es la del Jóker. Los detalles cercanos a "El Largo Halloween" (cómic que sirve de base más importante a esta película) son de agradecer, y reconocibles por los fans.
Los efectos especiales, mención especial a la Otra Cara, son espectaculares y dan verosimilitud al conjunto.
Y no me emociona.
¿Acaso lo que yo veo como fallos, que otros ven como virtudes, me ciega a la hora de valorar la gran película que es? ¿Soy el único que piensa que humanizar a Batman y dar a Gotham realismo no es un acierto?
Para mí, sin la mitología que le rodea, Batman es simplemente un tío disfrazado de murciélago, tan ridículo como sus imitadores. Para Nolan, Batman se convierte en la cara emo de Tony Stark Sí, es cierto que el Wayne de Nolan tiene un trasfondo y una oscuridad, una profundidad de personaje, que ya quisiera para sí la película del Vengador dorado, pero al acercarlo tanto a la realidad, no ves la máscara, ves al hombre bajo la máscara.
Nolan ha hecho una gran película sobre Bruce Wayne, sobre Harvey Dent y sobre el Jóker, pero no es Batman el que aparece en la pantalla.
Cuando, en Watchmen, Roscharch habla con el psiquiatra, le dice que al principio no era Roscharch, era un tío disfrazado de Roscharch. Y ahí está el punto: que aunque apunte buenas maneras, el personaje que nos enseña esta nueva saga aún no es Batman. Y digo aún porque tengo la esperanza en el buen hacer de este director, y sé que es capaz de hacer salir al verdadero Batman, cosa que, si es que alguien ha conseguido hacerlo, ha sido Burton (y tan sólo en las notas iniciales de su primera película). Pero de eso quiero hablar largo y tendido en un artículo más elaborado acerca de la filmografía del personaje.
Así que ese es mi problema, a la hora de disfrutar la película: necesito que Batman produzca mitología, porque es lo que lo diferencia realmente de un tipo disfrazado de murciélago, no la gomaespuma. Y Nolan no me da esa mitología, me da un James Bond enmascarado.
Quizás en la próxima. Tengo fe en ello. Tengo fe en Nolan.
Pero aún no.
viernes, 15 de agosto de 2008
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