domingo, 2 de noviembre de 2008

Tierras vírgenes de papel. Diario de Viaje 3

Desastre. Mi puerta, mi ventana, ese pequeño trozo de papel cosido a sí mismo, ha estado a punto de destrozarse, de quedar eliminado, destruido. Un accidente doméstico ha estado a punto de acabar violenta e infructuosamente con mi viaje.
Gracias a los dioses, se ha salvado.
He tenido una cena distendida, con olor a tabaco y sabor a alcohol, sabor a cortejo de damas de alta alcurnia, y puertas abiertas.
Ahora el papel en blanco ataca los nervios a mi anfitrión, aquel que me lleva a sus hombros de un lugar a otro de este París que, con oro en sus rostro, tiene suciedad y porquería en sus entrañas.
Seguiremos informando.

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