viernes, 13 de julio de 2007

Transformers

Hay cierto tipo de películas a las que debes entrar sabiendo perfectamente lo que te puedes encontrar allí. No puedes ir con la misma predisposición a ver "¿Cuánto Me Amas"? que a ver "La Jungla de Cristal: La Venganza".





Ya antaño descubrí que, para evitar sufrir más de la cuenta, y para darme un par de alegrías de vez en cuando, es importante que en ciertas películas desconecte la parte de mi cerebro que me hace pensar que tal herida debería de ser mortal y que en la historia original tal personaje no tenía nada que ver.


Gracias a ello conseguí ver "Van Helsing", disfrutarla incluso (ya luego me puse a despotricar, ¡pero es que eso también es divertido!). Lo mismo tuve que hacer con Transformers.



Argumento: Hace cientos de miles de años, un cubo de energía, más antiguo que el propio tiempo, hizo nacer Cybertrón, un planeta de metal vivo. Pero una guerra civil entre el dictatorial Megatrón y sus aliados (los decepticons) contra Optimus Prime y los demás rebeldes (los autobots) llevó el planeta a su destrucción. El cubo se perdió entre las infinitas galaxias.

Finalmente, el cubo fue a parar en un pequeño planeta, la Tierra. Sin conocer la localización exacta del cubo, autobots y decepticons, ansiando su poder con distinto motivo, se infiltran en la Tierra. Para ello cuentan con la habilidad de copiar artilugios mecánicos y electrónicos humanos, transformarse en ellos, e infiltrados esperan el momento de la gran batalla final.

Un adolescente con "nerd" casi tatuado en la frente consigue que su padre le compre un coche, sin saber que el Camaro que está comprando no es otro que el autobot destinado a protegerle, pues hace generaciones su bisabuelo encontró algo en el Polo Norte...



Bueno, como excusa para ver a robots transformándose en coches (y aviones, y tanques, y helicópteros, y móviles, y radiocasettes) no está tan mal. De hecho, podría ser MUCHO peor.

Porque no vamos a engañarnos, ese es el único objeto de la película: ver a los autobots y a los decepticons transformándose y dándose de palos. Y cumple con la función.

Lógicamente los efectos especiales son increíbles, y los robots (de diseño bastante más interesante que las caras metálicas que se movían porquesí de la serie, en mi opinión) están bastante bastante bastante bien. Y se disfruta, se disfruta viendo cómo se transforman, se pelean, corren, se persiguen, se dan de palos y se destruyen.

Además, chistes no demasiado buenos (así el cerebro no se despierta), referencias frikis por todas partes, un John Turturro que, pese a lo que podía haber dado de sí, llena la pantalla, y geeks y nerds sueltos por todas partes. Durante la película uno es feliz, sin complicarse más.


Claro, luego sale uno, y descubre fallos, errores, incoherencias, absurdeces... Pero eso es cuestión de que cada uno los saque (de hecho es parte de la diversión).

¿Y sobre la serie original? Bueno, si alguien pretende (y más tras todo lo que se ha demostrado) que condensen en dos horas y media cientos de capítulos de cómics/dibujos animados con tramas y subtramas, siendo necesario vender la película, que no se amargue. Así pues, si uno es un transfan, y quiere ir, mejor ir pensando que es una película que, por casualidad, tiene robots gigantes que se transforman en coche, y a pesar de los nombres, no tiene nada que ver con cierta serie de cómics y dibujos animados.

Si tras el comentario alguien decide ir, un simple consejo: no se olvide recoger el cerebro antes de irse (porque le aseguro que si quiere disfrutarla tiene que quitárselo antes de que empiece la peli).

Saludos.

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